tag:blogger.com,1999:blog-293301512024-03-14T09:25:45.305-03:00SobreescribiendoHéctor Andrés RojasHéctor Andrés Rojashttp://www.blogger.com/profile/03109491794999881810noreply@blogger.comBlogger30125tag:blogger.com,1999:blog-29330151.post-54093898342645447122014-08-07T13:04:00.000-04:002014-09-22T13:05:55.334-03:00Todas estamos enfermas<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://www.revistaintemperie.cl/wp-content/uploads/2014/08/autopsia-a-un-copo-de-nieve1.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="http://www.revistaintemperie.cl/wp-content/uploads/2014/08/autopsia-a-un-copo-de-nieve1.jpg" height="237" width="400" /></a></div>
<div style="border: 0px; color: #303030; font-family: 'Open Sans', sans-serif; font-size: 16px; line-height: inherit; margin-bottom: 20px; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<em style="border: 0px; font-family: inherit; font-size: inherit; font-variant: inherit; font-weight: inherit; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">Autopsia a un copo de nieve</em> es una obra argentina que está en Chile gracias al Corredor Latinoamericano de Teatro. La obra nos instala en un espacio fijo, la casa, habitada por tres mujeres: una madre y sus dos hijas. Es una historia de mujeres en un universo en el que ni siquiera se hace mención a un padre o a otros hombres relevantes. Mujeres en distintas etapas de la vida. La niña que no logra sentirse querida, su hermana adolescente y la madre trabajadora. La niña, Nicoletta, se ha lanzado por la ventana del departamento en el que viven. Así se inicia a la obra y luego vuelve atrás, a una serie de situaciones cotidianas donde se deja ver lo sola que está Nicoletta, sola como están las mujeres. La niña espera el baño que su hermana ocupa por largos minutos para depilarse sin importar que la niña lo necesitara. La escena se repite más adelante, la hermana mayor toma una ducha antes de que salgan y se demora tanto que Nicoletta se queda sin poder bañarse. La madre no le da el favor a Nicoletta y empieza a acentuar un trato distante y frío con su hija menor, que a momentos se acerca a la crueldad.</div>
<div style="border: 0px; color: #303030; font-family: 'Open Sans', sans-serif; font-size: 16px; line-height: inherit; margin-bottom: 20px; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
El momento de mayor lucidez en la obra se produce luego de que la hermana mayor salga del baño donde ha estado fumando marihuana. En ese estado tiene una conversación con Nicoletta, donde le dice “Estamos todas enfermas, a todas nos duele un rincón. ¿Cuál es tu rincón?”, comentarios que van acompañados de sentencias como que el futuro no existe y que no hay salida. Ese es el alma de la obra, una historia atrapada en el espacio cerrado de la casa, un lugar invisible.</div>
<div style="border: 0px; color: #303030; font-family: 'Open Sans', sans-serif; font-size: 16px; line-height: inherit; margin-bottom: 20px; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
Nicoletta es quien más lo resiente, ella quiere ser querida o aunque sea molestada en la escuela, como su compañera de la que se burlan por ser gorda, porque ella al menos tiene atención. Nicoletta es la más invisible de esta historia de personajes invisibles, invisibles como un copo de nieve en medio de la tormenta (...)</div>
<div style="border: 0px; color: #303030; font-family: 'Open Sans', sans-serif; font-size: 16px; line-height: inherit; margin-bottom: 20px; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<br /></div>
<div style="background-color: white; color: #1b1a17; font-family: 'Droid Serif', times, sans-serif; font-size: 1.2em; line-height: 1.3em; margin-bottom: 5px; margin-top: 5px; padding: 0px; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="color: #1b1a17; font-family: arial, sans-serif; text-align: -webkit-auto;">La crítica completa es </span><a href="http://www.revistaintemperie.cl/2014/08/07/autopsia-a-un-copo-de-nieve-de-luis-santillan-y-bernarda-tapia/" style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: medium; line-height: normal; text-align: -webkit-auto;" target="_blank">Todas estamos enfermas en Revista Intemperie</a></div>
<div style="background-color: white; color: #1b1a17; font-family: 'Droid Serif', times, sans-serif; font-size: 1.2em; line-height: 1.3em; margin-bottom: 5px; margin-top: 5px; padding: 0px; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="background-color: white; color: #1b1a17; font-family: 'Droid Serif', times, sans-serif; font-size: 1.2em; line-height: 1.3em; margin-bottom: 5px; margin-top: 5px; padding: 0px; text-align: justify;">
<div style="border: 0px; color: #303030; font-family: 'Open Sans', sans-serif; font-size: 16px; line-height: inherit; margin-bottom: 20px; padding: 0px; text-align: start; vertical-align: baseline;">
<strong style="border: 0px; font-family: inherit; font-size: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;"><em style="border: 0px; font-family: inherit; font-size: inherit; font-variant: inherit; font-weight: inherit; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">Autopsia a un copo de nieve</em></strong></div>
<div style="border: 0px; color: #303030; font-family: 'Open Sans', sans-serif; font-size: 16px; line-height: inherit; margin-bottom: 20px; padding: 0px; text-align: start; vertical-align: baseline;">
Autor: Luis Santillán<br />
Dirección: Bernarda Tapia Herrera<br />
Asistencia de dirección: Benjamín Prati<br />
Elenco: Titi Suárez, Agustina Palermo, Andrea Varchavsky<br />
Música original: Juan Manuel Sisto<br />
Diseño de iluminación: Damián Monzón<br />
Diseño y realización de vestuario: Titi Suárez<br />
Realización de escenografía: Juan Argerich, José Maldonado, Agustina Palermo<br />
Entrenamiento corporal y asesoría coreográfica: Agustina<br />
Foto: <span style="border: 0px; font-family: inherit; font-size: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: inherit; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">Daniela Pafundi</span></div>
</div>
Héctor Andrés Rojashttp://www.blogger.com/profile/03109491794999881810noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-29330151.post-43795585542551955622014-05-12T12:57:00.000-04:002014-09-22T12:58:45.182-03:00Lo que una ama de Salvador Young Araya <div style="border: 0px; box-sizing: border-box; color: #202021; direction: ltr; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 1.5; padding: 0px 0px 10px; vertical-align: baseline;">
<a href="http://panikors.s3-website-us-east-1.amazonaws.com/wp-content/uploads/2013/08/lo-que-una-ama-SY.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="http://panikors.s3-website-us-east-1.amazonaws.com/wp-content/uploads/2013/08/lo-que-una-ama-SY.jpg" height="400" width="237" /></a><strong style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;"></strong></div>
<div style="text-align: justify;">
<strong style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;"><strong style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;"><em style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-variant: inherit; font-weight: inherit; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">Lo que una ama</em></strong><span style="line-height: 1.5;"> </span><span style="line-height: 1.5;">de Salvador Young es una novela fácil de destruir, porque entrega suficientes razones para considerarla superficial y estereotípica. Estos elementos, sin embargo, no son el ripio de una escritura descuidada, sino más bien las herramientas de un tipo de mundo retratado y marcado profundamente por la superficialidad y la pertenencia a los espacios. En este sentido la propuesta de Young logra ser desagradable cada vez que presenta personajes y sus maneras de relacionarse; desagradable, insisto, porque como lectores estamos predispuestos a un tipo de escritura respetuosa con las figuras homosexuales, pero aquí ocurre que quienes protagonizan esta novela no tienen un compromiso político vinculado a su deseo sexual ni están mostrando el utópico mundo lésbico que podría ser aceptado. Son personajes que habitan un mundo desagradable, pero eso en la novela funciona.</span></strong></div>
<br />
<div style="border: 0px; box-sizing: border-box; color: #202021; direction: ltr; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 1.5; padding: 0px 0px 10px; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
La novela narra la primera relación de Madeleine con otra mujer y la manera en como esto la lleva a ingresar a espacios que antes no habitaba e impacta a quienes la rodean. La forma en que ocurre esto es precisamente la clave de la propuesta de Salvador Young, quien se encarga de hacerlo desagradable. Solana, la joven con la que Madeleine se involucra es la encargada de resaltar un estilo de vida que incomoda al lector, superficial y prejuicioso, que de algún modo contrapone el amor que se está gestando en Madeleine con el absurdo del universo que habita Solana. Madeleine viene de Francia, pero eso no la ubica en un lugar especial, excepto para Solana, que está encantada con lo europeo y cómo esto significa un nivel social que ella acostumbra y defiende, aun cuando Madeleine deba trabajar.</div>
<div style="border: 0px; box-sizing: border-box; color: #202021; direction: ltr; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 1.5; padding: 0px 0px 10px; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
Esto, por supuesto, ocurre en Santiago, ciudad donde Solana conocía la noche y la dominaba, especialmente a la cabeza de los Depeche Love, grupo musical que integraba. Esta pertenencia al espacio se tensiona en su viaje a Buenos Aires, donde se siente postergada:</div>
<div style="border: 0px; box-sizing: border-box; color: #202021; direction: ltr; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 1.5; padding: 0px 0px 10px; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
“Solana, cabizbaja, notaba cómo Madeleine invertía su tiempo en la tanguera. Se sintió dejada de lado… No estaba acostumbrada a esa indiferencia, ella en Chile siempre llamaba la atención. Ahora era una chilenita, como le había dicho la maestra, y sentía que había millones como ella, con su color de pelo, su color de ojos, la originalidad de su look” (228).</div>
<div style="border: 0px; color: #303030; font-family: 'Open Sans', sans-serif; font-size: 16px; line-height: inherit; margin-bottom: 20px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
(...)</div>
<div style="border: 0px; color: #303030; font-family: 'Open Sans', sans-serif; font-size: 16px; line-height: inherit; margin-bottom: 20px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
La crítica completa es <a href="http://www.ojoentinta.com/2014/la-sexualidad-de-los-espacios-desagradables-sobre-lo-que-una-ama-de-salvador-young/" target="_blank">La sexualidad de los espacios desagradables en Ojoentinta.com</a><br />
<br />
<div style="border: 0px; line-height: inherit; margin-bottom: 20px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
<strong style="border: 0px; font-family: inherit; font-size: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;"><em style="border: 0px; font-family: inherit; font-size: inherit; font-variant: inherit; font-weight: inherit; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">Lo que una ama</em></strong></div>
<div style="border: 0px; line-height: inherit; margin-bottom: 20px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
Salvador Young Araya<br />
Chancacazo Ediciones, Santiago, 2013</div>
</div>
<div style="border: 0px; box-sizing: border-box; color: #202021; direction: ltr; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 1.5; padding: 0px 0px 10px; vertical-align: baseline;">
<br /></div>
Héctor Andrés Rojashttp://www.blogger.com/profile/03109491794999881810noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-29330151.post-62512213354158282822013-09-17T11:33:00.000-03:002013-11-11T11:58:15.543-03:00Silencio, trauma y esperanza: Novelas chilenas de la Dictadura de Mario Lillo Cabezas<div style="border: 0px; color: #303030; font-family: 'Open Sans', sans-serif; font-size: 16px; line-height: inherit; margin-bottom: 20px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
<a href="http://www.revistaintemperie.cl/wp-content/uploads/2013/09/silencio-trauma-y-esperanza.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="http://www.revistaintemperie.cl/wp-content/uploads/2013/09/silencio-trauma-y-esperanza.jpg" width="280" /></a><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="line-height: inherit;">La propuesta de Mario Lillo Cabezas de analizar un grupo de novelas escritas en Chile durante las últimas cuatro décadas es por sobre todo interesante, aunque la ejecución del proyecto sea bastante curiosa. Lo primero que llama la atención es que la selección se hace sobre obras que no han sido especialmente valoradas dentro del panorama de la literatura de dictadura, aún cuando “conocieron en su momento algún grado de éxito, ya sea de crítica, de ventas, de resonancia mediática o a través de premios otorgados”. Lillo aclara que no fue esto último el criterio central de selección, pero resulta imposible no pensar en que este punto precisamente sea lo que más podría igualar estas obras. Cabe destacar que existe un gran diferencia entre el éxito en ventas y resonancia crítica, ambas siendo formas de recepción transitan entre lo comercial y académico, pero igualarlos sería una ingenuidad.</span></div>
</div>
<div style="border: 0px; color: #303030; font-family: 'Open Sans', sans-serif; font-size: 16px; line-height: inherit; margin-bottom: 20px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
<div style="text-align: justify;">
<em style="border: 0px; font-family: inherit; font-size: inherit; font-variant: inherit; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">Silencio, trauma y esperanza: Novelas chilenas de dictadura, 1977 – 2010</em>, está estructuralmente conformado por tres partes, además de una introducción que da cuenta del panorama general de la escritura acerca de este periodo histórico con temáticas que luego no se abordan en este trabajo, autores y escrituras que sirven de contexto de este análisis. Los tres apartados que siguen a esta introducción son “Elipsis narrativa de la memoria”, “Memoria tangencial de la dictadura, o el discreto encanto del orden familiar” y “Memorias traumáticas de la dictadura”, en cada uno abordando distintas novelas.</div>
</div>
<div style="border: 0px; color: #303030; font-family: 'Open Sans', sans-serif; font-size: 16px; line-height: inherit; margin-bottom: 20px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
<div style="text-align: justify;">
Otra curiosidad de este libro, es el método que Lillo emplea para el análisis de las novelas seleccionadas, porque se podría esperar de una selección de novelas de dictadura, un análisis desde sus representaciones históricas, los proyectos políticos que cada una construye, el trabajo que cada una presenta sobre la memoria o su propuesta política. En cambio, la opción de Mario Lillo es interrogar las novelas en sí mismas, es decir, respondiendo a preguntas sobre el modo, el tiempo, el espacio y los personajes, con apenas algunas alusiones a los histórico y político, que es lo que en principio justifica que estén siendo analizadas. Algunos de estos análisis son del tipo “la novela [<span style="border: 0px; font-family: inherit; font-size: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">Tiempo que ladra</span> de Ana María del Río] se presenta al lector como una diégesis emanada de la voz de la narradora-niña y la mímesis se presenta enmarcada absolutamente en la diégesis de esta narradora homo-intradiegética”.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
(...)</div>
<div style="border: 0px; color: #303030; font-family: 'Open Sans', sans-serif; font-size: 16px; line-height: inherit; margin-bottom: 20px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
La crítica completa es <a href="http://www.revistaintemperie.cl/2013/09/17/silencio-trauma-y-esperanza-novelas-chilenas-de-la-dictadura-mario-lillo-cabezas/" target="_blank">Novelas de la Dictadura en Revista Intemperie.cl</a><br />
<br />
<div style="border: 0px; line-height: inherit; margin-bottom: 20px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
<strong style="border: 0px; font-family: inherit; font-size: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;"><em style="border: 0px; font-family: inherit; font-size: inherit; font-variant: inherit; font-weight: inherit; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">Silencio, trauma y esperanza: novelas chilenas de la dictadura, 1977 – 2010</em></strong></div>
<div style="border: 0px; line-height: inherit; margin-bottom: 20px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
Mario Lillo Cabezas<br />Ediciones UC, Santiago, 2013</div>
</div>
Héctor Andrés Rojashttp://www.blogger.com/profile/03109491794999881810noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-29330151.post-13623188093484401052013-06-04T01:50:00.001-04:002013-06-04T01:53:16.659-04:00Encapuchados, mercado y 1%<div style="background-color: white; color: #1b1a17; font-family: 'Droid Serif', times, sans-serif; font-size: 1.2em; line-height: 1.3em; margin-bottom: 5px; margin-top: 5px; padding: 0px; text-align: justify;">
<i style="margin: 0px; padding: 0px;">Señales de guerra</i> se presenta en voz de sus propios personajes en escena como una secuela de <i style="margin: 0px; padding: 0px;">Los noventa y nueve</i>, obra que un año antes celebraba el egreso de algunos de sus actores. Ahora, un año después, la compañía ha dejado reposar algunas ideas que la sostienen. Luego de <em style="margin: 0px; padding: 0px;">Los noventa y nueve</em>, quisimos hablar de los <i style="margin: 0px; padding: 0px;">unos</i>, señala la actriz recién iniciada la obra. Los <i style="margin: 0px; padding: 0px;">unos</i>, son ese uno “por ciento” de Chile, que se guarda la mejor tajada de torta del sistema neoliberal dejando al resto de la población peleándose por las migajas sobrantes, esto hasta que se decidan a hacer algo por un cambio, dejando ver las primeras señales de guerra.</div>
<div style="background-color: white; color: #1b1a17; font-family: 'Droid Serif', times, sans-serif; font-size: 1.2em; line-height: 1.3em; margin-bottom: 5px; margin-top: 5px; padding: 0px; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="background-color: white; color: #1b1a17; font-family: 'Droid Serif', times, sans-serif; font-size: 1.2em; line-height: 1.3em; margin-bottom: 5px; margin-top: 5px; padding: 0px; text-align: justify;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgSj-tGyTPv0zjLuv7lhnGX4nnYnMxI060hocXDhHV_9WrDlDvyKi3L9nmuX62hj44ugHSMFvNUZnPTp1gpVNgWFzI_4jAS7OtZ-lIeRlamfdjAxRIMCMSBrMK4mCnNS5nyZL_YQg/s1600/se%C3%B1ales+de+guerra.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="265" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgSj-tGyTPv0zjLuv7lhnGX4nnYnMxI060hocXDhHV_9WrDlDvyKi3L9nmuX62hj44ugHSMFvNUZnPTp1gpVNgWFzI_4jAS7OtZ-lIeRlamfdjAxRIMCMSBrMK4mCnNS5nyZL_YQg/s400/se%C3%B1ales+de+guerra.jpg" width="400" /></a>Esta propuesta teatral tiene al menos tres grandes aciertos. El primero es quitarle la capucha al individuo criminizalizado, de quien se habla en las noticias como un delincuente que actúa al margen de la ley sin motivo alguno, infiltrándose en las marchas estudiantiles y otras instancias de protestas. A este sujeto, a quien se le indican todas las características indeseables, se le utiliza además como argumento para criminalizar las demandas sociales, desplazando metonímicamente su actuar anónimo al anonimato de una masa de personas que se encuentran enfrentadas por sus derechos.</div>
<div style="background-color: white; color: #1b1a17; font-family: 'Droid Serif', times, sans-serif; font-size: 1.2em; line-height: 1.3em; margin-bottom: 5px; margin-top: 5px; padding: 0px; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="background-color: white; color: #1b1a17; font-family: 'Droid Serif', times, sans-serif; font-size: 1.2em; line-height: 1.3em; margin-bottom: 5px; margin-top: 5px; padding: 0px; text-align: justify;">
El encapuchado, una señal de guerra, tiene en su composición algo simbólico, en cuanto a que bajo esa capucha caben todos, estudiantes, madres, jóvenes trabajadores o cualquier persona. Esta propuesta teatral instala a cuatro jóvenes con sus polerones con capucha planeando infiltrarse en el homenaje a Pinochet, que tuvo lugar durante el año pasado en el Teatro Caupolicán. Su intención es conocer a los “<i style="margin: 0px; padding: 0px;">unos”</i> para poder interpretarlos. Esto los pone en medio de quienes participan del homenaje y quienes esperan fuera del recinto para protestar (...).</div>
<div style="background-color: white; color: #1b1a17; font-family: 'Droid Serif', times, sans-serif; font-size: 1.2em; line-height: 1.3em; margin-bottom: 5px; margin-top: 5px; padding: 0px; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="background-color: white; color: #1b1a17; font-family: 'Droid Serif', times, sans-serif; font-size: 1.2em; line-height: 1.3em; margin-bottom: 5px; margin-top: 5px; padding: 0px; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="background-color: white; color: #1b1a17; font-family: arial, sans-serif; text-align: -webkit-auto;">La crítica completa es </span><a href="http://www.revistaintemperie.cl/index.php/2013/06/03/senales-de-guerra-manuel-ortiz/" style="background-color: white; font-family: 'Times New Roman'; font-size: medium; line-height: normal; text-align: -webkit-auto;" target="_blank">Encapuchados, mercado y 1%, en Revista Intemperie</a></div>
<div style="background-color: white; color: #1b1a17; font-family: 'Droid Serif', times, sans-serif; font-size: 1.2em; line-height: 1.3em; margin-bottom: 5px; margin-top: 5px; padding: 0px; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="background-color: white; color: #1b1a17; font-family: 'Droid Serif', times, sans-serif; font-size: 1.2em; line-height: 1.3em; margin-bottom: 5px; margin-top: 5px; padding: 0px; text-align: justify;">
<b style="margin: 0px; padding: 0px;"><i style="margin: 0px; padding: 0px;">Señales de guerra</i></b></div>
<div style="background-color: white; color: #1b1a17; font-family: 'Droid Serif', times, sans-serif; font-size: 1.2em; line-height: 1.3em; margin-bottom: 5px; margin-top: 5px; padding: 0px; text-align: justify;">
Dirección: Manuel Ortiz<br />
Asistencia de dirección: Benjamín Prati<br />
Elenco: Fabián Sáez, Natalia Lagos, Benjamín Bravo, Mauricio González<br />
Diseño integral: Shalini Adnani, Patrick May<br />
Composición musical: Alejandro Miranda<br />
Producción: Andrea Vera Puz</div>
Héctor Andrés Rojashttp://www.blogger.com/profile/03109491794999881810noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-29330151.post-86868942629600501032012-12-27T11:42:00.000-03:002013-11-11T11:54:56.117-03:00Yoli de Chancacazo<div style="background-color: white; border: 0px; color: #555555; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 20px; margin-bottom: 20px; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
Me encontré con un texto llamado <a href="http://www.chancacazo.cl/experimentos/yoli.php" style="border: 0px; color: #00739b; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;" target="_blank"><em style="border: 0px; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">Yoli</em> </a>en internet; digo texto debiendo decir experimento, tal como lo clasifican en Chancacazo Publicaciones. Este texto, insistiré en la clasificación, está compuesto por una serie de fotografías de un celular estático, donde lo único que va cambiando son los mensajes de texto que se muestran, los que finalmente permiten construir una narración.<span id="more-3274" style="border: 0px; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;"></span></div>
<div style="background-color: white; border: 0px; color: #555555; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 20px; margin-bottom: 20px; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
La historia es muy sencilla, alguien escribe mensajes a una tal Yoli, proponiéndole encuentros fugaces y furtivos, que se van transformando en declaraciones de amor, de ira, celos, más propuestas y canciones, suficiente para establecer una situación, personajes, un universo narrado y un espacio temporal en el que ocurre.</div>
<div style="background-color: white; border: 0px; color: #555555; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 20px; margin-bottom: 20px; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<a href="http://www.letrasenlinea.cl/wp-content/uploads/2012/12/Captura-de-pantalla-2012-12-27-a-las-7.58.55.jpg" style="border: 0px; color: #00739b; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;"><img alt="" class="alignright size-full wp-image-3276" height="499" src="http://www.letrasenlinea.cl/wp-content/uploads/2012/12/Captura-de-pantalla-2012-12-27-a-las-7.58.55.jpg" style="border: 0px; float: right; margin: 0px 0px 10px 10px; padding: 0px; vertical-align: baseline;" title="Captura de pantalla 2012-12-27 a la(s) 7.58.55" width="259" /></a>“Yoli guachita t amo y te extraño mxo” es uno de los enunciados que se puede encontrar, como también “no me interesan tus falsos deseos d felicidad si m cagaste la vida”. La Yoli parece no responder o no se nos muestra ninguna respuesta en la selección de imágenes, pero es posible inferir que otros personajes informan al autor de lo que hace la protagonista. Esto, inevitablemente, me recordó la narración epistolar que se lee en <em style="border: 0px; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">Querido Diego, te abraza Quiela</em>, de Elena Poniatowska, donde se simulan las cartas escritas por Angelina Beloff a Diego Rivera cuando este la dejó y se fue a México. Diego Rivera, así como la Yoli, no responden las cartas ni los mensajes respectivamente, lo que funciona como recurso para aumentar la tensión en el deseo de sus interlocutores, emisores que sin respuesta inician el camino de la angustia llevándolos a evolucionar o involucionar.</div>
<div style="background-color: white; border: 0px; color: #555555; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 20px; margin-bottom: 20px; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
Es interesante también la manera en la que se nos presenta el texto. En la página donde se puede revisar online dice: “<em style="border: 0px; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">Yoli</em> fue encontrado por Alejandro Palacios en la memoria de un celular provisorio que le entregaron en la sucursal Downtown de la compañía telefónica Claro. Juan Edwards tomó las fotografías del aparato”, origen desconocido como ocurre con otros ejemplos de diarios de vida encontrados o cartas recobradas. El lector entonces acompaña el hallazgo y puede reconstruir una historia con el material del que dispone, en este caso los mensajes de texto. Esto podría ser la simulación de un hallazgo sin quitarle ningún mérito a la propuesta de Chancacazo, una de estas cosas interesantes, breves y gratuitas que se puede encontrar en internet.</div>
<div style="background-color: white; border: 0px; color: #555555; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 20px; margin-bottom: 20px; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
La publicación original es <a href="http://www.letrasenlinea.cl/?p=3274" target="_blank">Yoli guachita t amo en letrasenlinea.cl</a></div>
Héctor Andrés Rojashttp://www.blogger.com/profile/03109491794999881810noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-29330151.post-24522307160131014572012-11-09T11:47:00.000-03:002013-11-11T11:57:34.025-03:00Soldados perdidos de Alejandro Cabrera Olea<div style="border: 0px; color: #303030; font-family: 'Open Sans', sans-serif; font-size: 16px; line-height: inherit; margin-bottom: 20px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
<a href="http://www.revistaintemperie.cl/wp-content/uploads/2012/11/soldados-perdidos.png" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em; text-align: justify;"><img border="0" height="400" src="http://www.revistaintemperie.cl/wp-content/uploads/2012/11/soldados-perdidos.png" width="257" /></a><span style="border: 0px; font-family: inherit; font-size: inherit; font-variant: inherit; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;"></span><br />
<div style="text-align: justify;">
<em style="border: 0px; font-family: inherit; font-size: inherit; font-style: italic; font-variant: inherit; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">Soldados perdidos</em><span style="font-style: italic; line-height: inherit;"> </span><span style="line-height: inherit;">es la primera novela de Alejandro Cabrera Olea, que a pesar de ser un libro muy extenso, contribuye a darle voz a una historia menor, lo que es un gran atributo en consideración de la seguidilla de libros que han apareciendo para contar su versión de la década de los 80´. El contexto histórico que se evoca es claro: la dictadura y el fallido atentado para matar a Pinochet. Este suceso que podría dar origen a una memoria definida por estos acontecimientos, en realidad toma un desvío en otras direcciones.</span></div>
<br />
<div style="border: 0px; line-height: inherit; margin-bottom: 20px; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
Rodrigo Rojas se nos presenta al inicio como un escolar que gana un concurso de cuentos y que se va el fin de semana a Quinteros con su profesora, quien por un accidente entra en coma antes de que se vuelvan a ver el lunes en el colegio en la premiación. En la inútil espera de que Angélica, la profesora, despierte, Rodrigo sigue escribiendo en su diario con fechas al revés con la abreviación a.C. (antes de Cristo), una posibilidad escritural al avance del tiempo que siempre va hacia adelante, pero que puede ser escrito de otra manera. Durante la misma espera muere Rodrigo Rojas, un periodista víctima de la dictadura que, debido a que tiene su mismo nombre, crea la sensación de que hubiera muerto él. Esta es una referencia al hecho ocurrido en una protesta en 1986, donde Rodrigo Andrés Rojas De Negri, periodista, murió a causa de las quemaduras provocadas por un vehículo militar. Hay algo literariamente maravilloso ocurriendo en ese momento en la novela. Cuando el periodista muere, el niño que lleva su mismo nombre siente como si muriera él y a su vez permite que su presencia en el hospital cree la sensación de que el fotógrafo no hubiera muerto o quedara en parte vivo en el niño, lo que produce un cambio que si bien solo es simbólico, es un gesto que la literatura permite.</div>
<div style="border: 0px; line-height: inherit; margin-bottom: 20px; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
Rodrigo Rojas, en el siguiente capítulo, es más grande y viaja acompañado de otros jóvenes en una combi a la playa; allá planean matar a Pinochet. El suceso que sí se lleva a cabo es que decide cambiarse el nombre a Juan Perro “para la guerra”, como él dice. Juan Perro aparece en los capítulos siguientes, más adulto hablando de la distancia que tiene con su hijo, cuando viajó a Buenos Aires o como autor de un cuento que aparece enmarcado y firmado en la narración –un plagio como declara el personaje–; también aparece en Nueva York como John Dog y dejándole a su amigo Robinson Guajardo lo que él llama “su primer cuento norteamericano”. Esto último, la marca literaria, es una de las líneas que se puede seguir en <em style="border: 0px; font-family: inherit; font-size: inherit; font-variant: inherit; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">Soldados perdidos</em>, ideas sobre cómo podrían llamarse los cuentos, posibles ideas sobre qué escribir, apuntes acumulados, en fin, muchos indicios de prácticas literarias que funcionan como entre medios de la historia que podría entenderse como la central, pero al igual que el título de la novela, quizás está perdida entre el resto del texto.</div>
</div>
<div style="border: 0px; color: #303030; font-family: 'Open Sans', sans-serif; font-size: 16px; line-height: inherit; margin-bottom: 20px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
La crítica completa es <a href="http://www.revistaintemperie.cl/2012/11/09/soldados-perdidos-alejandro-cabrera-olea/" target="_blank">"Hay historias que también pueden ser imaginadas desde Chile" en Revista Intemperie.cl</a><br />
<br />
<div style="border: 0px; line-height: inherit; margin-bottom: 20px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
<strong style="border: 0px; font-family: inherit; font-size: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;"><em style="border: 0px; font-family: inherit; font-size: inherit; font-variant: inherit; font-weight: inherit; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">Soldados perdidos</em></strong></div>
<div style="border: 0px; line-height: inherit; margin-bottom: 20px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
Alejandro Cabrera Olea<br />Santiago, Das Kapital, 2011.</div>
</div>
Héctor Andrés Rojashttp://www.blogger.com/profile/03109491794999881810noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-29330151.post-25808360457399640022012-02-01T22:13:00.000-03:002012-02-04T22:14:56.725-03:00La soga de los muertos de Antonio Díaz Oliva<br />
<div style="background-color: white; color: #1b1a17; font-family: arial, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px; margin-bottom: 5px; margin-top: 5px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; text-align: justify;">
<a href="http://www.revistaintemperie.cl/wp-content/uploads/2012/01/soga.png" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="320" src="http://www.revistaintemperie.cl/wp-content/uploads/2012/01/soga.png" width="200" /></a>Si este libro hubiese sido publicado después de que Nicanor Parra recibiera el Premio Cervantes me habría parecido oportunista, aunque incluso ese comentario habría sido fácil, reduccionista e injusto. Además de no haber ocurrido de esa forma, lo que realmente interesa en <em style="margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;">La soga de los muertos</em> es una serie de señales que lentamente van siendo descifradas por un lector novato, protagonista de la historia.</div>
<div style="background-color: white; color: #1b1a17; font-family: arial, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px; margin-bottom: 5px; margin-top: 5px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; text-align: justify;">
Esta novela parte de la premisa de que<em style="margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;"> </em>incluso los personajes vivos están muertos, aun cuando en la fábula contada se haga esa diferencia. Estarán por lo tanto los muertos-muertos y los muertos-vivos, que pudieron morir de manera real, que pueden estar ausentes o distantes, un padre del que poco sabe el protagonista es un ejemplo de estos muertos-vivos, que vuelven constantemente para ser recordados. En la literatura a veces lo que muere es la memoria o las ganas de hacer algo, aunque en ella nada está realmente muerto, sino más bien vivo y conectado de múltiples y fértiles maneras, tal como se construyen los intertextos en esta novela.<em style="margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;"> </em></div>
<div style="background-color: white; color: #1b1a17; font-family: arial, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px; margin-bottom: 5px; margin-top: 5px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; text-align: justify;">
<em style="margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;">La soga de los muertos</em> además de ser la primera novela de Antonio Díaz Oliva, es al interior del relato, el nombre de la edición artesanal del libro <em style="margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;">Las cartas del yage, </em>que reúne la correspondencia que Allen Ginsberg le envió a su amigo William Burroughs y que según lo contado, un gringo loco habría vendido en la feria artesanal del Santa Lucía a fines de los años setenta. <em style="margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;">La soga de los muertos</em> también es la traducción exacta del quechua para <em style="margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;">ayahuasca</em>, bebida de origen vegetal que se asocia tanto a rituales nativos como a experiencias psicodélicas, lo que el mismo Ginsberg habría experimentado en su visita a Chile, según la prensa de la época. Lo que hay en esta referencia doble al sentido del título de la novela, es lo que yo llamaría la diminuta señal del universo, algo así como pequeñas pistas que invitan a enlazar la fábula contada con la propuesta de Díaz Oliva, aquella en que <em style="margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;">La soga de los muertos </em>es el nombre de dos libros y de una bebida potencialmente alucinógena. De esa manera es posible construir el sentido y resolver las inquietudes que nos atormentan, en ritos que perfectamente pueden ser literarios (...).</div>
<div style="background-color: white; color: #1b1a17; font-family: arial, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px; margin-bottom: 5px; margin-top: 5px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="background-color: white; color: #1b1a17; font-family: arial, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px; margin-bottom: 5px; margin-top: 5px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="background-color: white; color: #1b1a17; font-family: arial, sans-serif; text-align: -webkit-auto;">La crítica completa es </span><a href="http://www.revistaintemperie.cl/index.php/2012/02/01/la-soga-de-los-muertos-antonio-diaz-oliva/" style="background-color: white; font-family: 'Times New Roman'; font-size: medium; line-height: normal; text-align: -webkit-auto;" target="_blank">La diminuta señal del universo, en Revista Intemperie</a>
</div>
<div style="background-color: white; color: #1b1a17; font-family: arial, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px; margin-bottom: 5px; margin-top: 5px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="background-color: white; color: #1b1a17; font-family: arial, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px; margin-bottom: 5px; margin-top: 5px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; text-align: justify;">
</div>
<div style="margin-bottom: 5px; margin-top: 5px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;">
<strong style="margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;"><em style="margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;">La soga de los muertos</em></strong></div>
<div style="margin-bottom: 5px; margin-top: 5px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;">
Antonio Díaz Oliva<br style="margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;" />Santiago, Alfaguara, 2011</div>
<br />Héctor Andrés Rojashttp://www.blogger.com/profile/03109491794999881810noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-29330151.post-78684050134790942062012-01-18T22:03:00.000-03:002012-02-04T22:15:24.556-03:00Las confabulaciones de Mauricio Olivera<br />
<div style="background-color: white; color: #1b1a17; font-family: arial, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px; margin-bottom: 5px; margin-top: 5px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; text-align: justify;">
<a href="http://www.revistaintemperie.cl/wp-content/uploads/2012/01/confabulaciones.png" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="320" src="http://www.revistaintemperie.cl/wp-content/uploads/2012/01/confabulaciones.png" width="200" /></a><em style="margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;">Las confabulaciones</em> no se ofrece al lector amablemente, y en cambio guarda distancia y se encierra en sí mismo. Curiosamente este rechazo aparente a ser leído cobra sentido en la idea misma de una confabulación que le da título.</div>
<div style="background-color: white; color: #1b1a17; font-family: arial, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px; margin-bottom: 5px; margin-top: 5px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; text-align: justify;">
Dos elementos parecen perceptibles en la forma en que está escrito el libro de Olivera. El primero es una aproximación a la corriente de conciencia como forma de narrar que<ins cite="mailto:Paula%20Pe%96a%20Rozas" datetime="2012-01-18T06:56" style="margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;"></ins><br />
,<br />
si bien no significa escrituralmente un riesgo, permite actualizar el recurso. Cada confabulación (división que se usa a modo de cuento o capítulo) se inicia de manera legible y secuencial, un inicio posible de comprender y que adelanta –falsamente– una historia continua: “Por Av. Coronel Alejandro Sepúlveda me adentré sin saber a dónde iba y me encontré en una parroquia desolada”.</div>
<div style="background-color: white; color: #1b1a17; font-family: arial, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px; margin-bottom: 5px; margin-top: 5px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; text-align: justify;">
Lo que realmente sucede es la fragmentación del relato inicial y la lluvia de ideas que difícilmente estarían unidos sin el libro: “Vamos a echar la última meá y seguimos cantando con ustedes vuestras salmodias blasfemas, invocando a la Malvada, a la Asesina, a la niña buena que me hechizó, me sometió y me martirizó”. En ejemplos como el anterior a menudo se ve un tránsito violento entre la formalidad y el coloquialismo en el lenguaje, así como también en las ideas. La confabulación ignora la necesidad de un contexto, relacionando las referencias religiosas con la presencia de extraterrestres, animales con características vengativas como la “malvada avispa con ojos de serpiente enloquecida”. El uso del lenguaje incluso evidencia la posibilidad de instalar una segunda lectura forzada donde no necesariamente la hay: “Está muy cerca el (des) esperado final”, “sus (mis) mujeres”, “el cálculo me falló (¿follé?)”, “No quiero más sobras (¿sombras”). Lo que queda entre paréntesis es lo que transforma lo fabulado en lo (con) fabulado, permitiendo establecer vínculos diversos y promiscuos de sentido (...).</div>
<div style="background-color: white; color: #1b1a17; font-family: arial, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px; margin-bottom: 5px; margin-top: 5px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="background-color: white; color: #1b1a17; font-family: arial, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px; margin-bottom: 5px; margin-top: 5px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="background-color: white; color: #1b1a17; font-family: arial, sans-serif; text-align: -webkit-auto;">La crítica completa es </span><a href="http://www.revistaintemperie.cl/index.php/2012/01/18/las-confabulaciones-mauricio-olivera/" style="background-color: white; font-family: 'Times New Roman'; font-size: medium; line-height: normal; text-align: -webkit-auto;" target="_blank">Dedicados a (con) fabular, en Revista Intemperie</a>
</div>
<div style="background-color: white; color: #1b1a17; font-family: arial, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px; margin-bottom: 5px; margin-top: 5px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="background-color: white; color: #1b1a17; font-family: arial, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px; margin-bottom: 5px; margin-top: 5px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; text-align: justify;">
</div>
<div style="margin-bottom: 5px; margin-top: 5px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;">
<strong style="margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;"><em style="margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;">Las confabulaciones</em></strong></div>
<div style="margin-bottom: 5px; margin-top: 5px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;">
Mauricio Olivera<br />
Santiago, Chancacazo, 2011</div>
<br />Héctor Andrés Rojashttp://www.blogger.com/profile/03109491794999881810noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-29330151.post-17027563966632720352011-12-21T11:38:00.000-03:002012-01-07T11:41:24.511-03:00Raro de Óscar Contardo<br />
<div style="background-color: white; color: #1b1a17; font-family: arial, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px; margin-bottom: 5px; margin-top: 5px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; text-align: justify;">
<a href="http://www.revistaintemperie.cl/wp-content/uploads/2011/12/raro.png" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="320" src="http://www.revistaintemperie.cl/wp-content/uploads/2011/12/raro.png" width="208" /></a>El último libro de Óscar Contardo (Planeta, 2011) no tiene nada de raro en cuanto a documento periodístico: está organizado, posee diversas fuentes, construye un panorama más o menos general del tema que aborda. Lo más novedoso es que ofrece una lectura envalentonada sobre la serie de discursos epocales e intencionados, incluso malintencionados, que tienden a juzgar negativamente la homosexualidad.</div>
<div style="background-color: white; color: #1b1a17; font-family: arial, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px; margin-bottom: 5px; margin-top: 5px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; text-align: justify;">
Más que una historia gay de Chile, <em style="margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;">Raro</em> es una crónica sobre la culpa impuesta a los hombres que se acuestan con otros hombres. Para esto, Óscar Contardo documenta el proceso histórico cultural que habla de cómo se ha abordado este tema, y luego establece una cronología que se va focalizando cada vez más en el panorama chileno. Este periodo, desde la Edad Media hasta la actualidad, es un recorrido más sobre la homofobia que sobre la homosexualidad. Por lo mismo, deja fuera la lectura sobre las prácticas sexuales en la cultura clásica, visible tanto en <em style="margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;">La Ilíada</em> de Homero (donde se vislumbra una relación culturalmente aceptable entre Aquiles y Patroclo, considerándolo vínculo entre maestro y discípulo), así como también en la recordada “Égloga II” de Virgilio, que insiste en un enamoramiento hacia el joven Alexis en un ambiente de tranquilidad próximo a la naturaleza.</div>
<div style="background-color: white; color: #1b1a17; font-family: arial, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px; margin-bottom: 5px; margin-top: 5px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; text-align: justify;">
El recorrido temporal de <em style="margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;">Raro</em> parte con la mención a la reticencia de militares y religiosos a aceptar la homosexualidad desde la Edad Media, cosa paradojal considerando que, históricamentente, iglesia y ejército han sido instituciones controladas exclusivamente por hombres. Otro antecedente es que Tomás de Aquino establece que el coito perfecto solo es posible entre un hombre y una mujer cuando los fines son reproductivos. Además, se menciona el desplazamiento, en la cultura mapuche, del machi <em style="margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;">hueye </em>a la machi mujer al comienzo del siglo XX como resultado del encuentro con la cultura europea, que ve con malos ojos esta imagen afeminada del machi. El recorrido continúa señalando que sugerir la homosexualidad era una grave ofensa, con la sinonimia cultural que se crea entre homosexual y pedófilo; también se menciona cuando Karl María Kertbeny acuñó en 1868 la expresión <em style="margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;">homosexualität</em>, que junto a<em style="margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;">uranismo</em> se instalaron en la medicina y en el discurso científico para reemplazar el insulto en el vocabulario culto. Óscar Contardo destaca que al llegar al siglo XX, el tratamiento médico que le daban a la homosexualidad era propio de una enfermedad. En este sentido, una historia especialmente reveladora que ofrece este libro es aquella que narra cuando al matemático inglés, Alan Turing, lo condenaron por el delito de “indecencia” a un tratamiento con inyecciones de estrógeno para controlar la libido, luego de que se viera presionado a reconocer su homosexualidad (...).</div>
<br />
<br />
<span class="Apple-style-span" style="background-color: white; color: #1b1a17; font-family: arial, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px;">La crítica completa es </span><a href="http://www.revistaintemperie.cl/index.php/2011/12/21/raro-una-historia-gay-de-chile-oscar-contardo/" style="background-color: white;" target="_blank">Más raro que violarse a un ángel, en Revista Intemperie</a>
<br />
<br />
<br />
<div style="background-color: white; color: #1b1a17; font-family: arial, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px; margin-bottom: 5px; margin-top: 5px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; text-align: justify;">
<strong style="margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;"><em style="margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;">Raro. Una historia gay de Chile</em></strong></div>
<div style="background-color: white; color: #1b1a17; font-family: arial, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px; margin-bottom: 5px; margin-top: 5px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; text-align: justify;">
Óscar Contardo<br />
Santiago, Editorial Planeta, 2011.</div>Héctor Andrés Rojashttp://www.blogger.com/profile/03109491794999881810noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-29330151.post-50691581811213350562011-12-07T18:25:00.001-03:002011-12-07T18:32:18.650-03:00Superhéroe de Gonzalo David<br />
<div style="background-color: white; color: #1b1a17; font-family: arial, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px; margin-bottom: 5px; margin-top: 5px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; text-align: justify;">
<a href="http://www.revistaintemperie.cl/wp-content/uploads/2011/12/super.png" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="320" src="http://www.revistaintemperie.cl/wp-content/uploads/2011/12/super.png" width="207" /></a>Si la escena literaria nacional fuera una fiesta de disfraces, el libro de Gonzalo David iría vestido de Superman (el intertexto es inevitable) y llegaría rodeado de amigos, lo que lo haría el invitado más popular de la velada, pero no necesariamente el que baila mejor. Incluso, si este Superman resultara ser un buen bailarín, el problema estaría en que sus amigos le robarían la atención y no lo dejarían mostrar sus dotes en el baile. Algo como eso es lo que sucede con este poemario.</div>
<div style="background-color: white; color: #1b1a17; font-family: arial, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px; margin-bottom: 5px; margin-top: 5px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; text-align: justify;">
Al leer <em style="margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;">Superhéroe </em>(La Liga de la Justicia, 2011)<em style="margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;"> </em>cuesta pensar en eso que uno dice siempre, ese límite que separa al autor real del autor implícito y más aún del hablante lírico. Aquí todo parece invitar al lector a fusionarlos, pero no, eso no se hace. El libro está repleto de guiños muy personales, comentarios sobre dónde el autor implícito quiere ser ubicado como poeta e incluso de lo que significaría ser un mal poeta: “cuando asumí que sería el peor poeta mi de generación”. Todo lo anterior podría leerse con algo de generosidad como un giro metaliterario si es que optamos por leerlo así. También podría entenderse que el libro no tiene una pretensión literaria, que es una opción escritural completamente válida, pero esta posibilidad se vuelve compleja cuando este autor declara en un verso: “No soy poeta. No me interesa serlo”. <em style="margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;">Superhéroe</em> efectivamente es un poemario, o eso se entiende porque lo clasificaron dentro de la colección poesía “Los Vengadores”, según la información del inicio. Sin embargo, es mucho más fácil entenderlo como un diario de vida, caso en que me parecería que tiene un valor literario agregado; como poemario luce debilitado. Diría (siguiendo con las analogías de superhéroes) que le dieron el traje de Aquaman a Superman, que lo vistieron equivocadamente (...).</div>
<div style="background-color: white; color: #1b1a17; font-family: arial, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px; margin-bottom: 5px; margin-top: 5px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="background-color: white; color: #1b1a17; font-family: arial, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px; margin-bottom: 5px; margin-top: 5px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; text-align: justify;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="color: black; font-family: 'Times New Roman'; font-size: medium; line-height: normal; text-align: -webkit-auto;">
<div style="line-height: 32px;">
<span class="Apple-style-span" style="background-color: white; color: #1b1a17; font-family: arial, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px;">La crítica completa es </span><a href="http://www.revistaintemperie.cl/index.php/2011/12/06/superheroe-gonzalo-david/" style="background-color: white; line-height: normal;" target="_blank">La ortopedia del superhéroe, en Revista Intemperie</a></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="color: black; font-family: 'Times New Roman'; font-size: medium; line-height: 32px; text-align: -webkit-auto;">
</div>
<br />
<div style="background-color: white; color: #1b1a17; font-family: arial, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px; margin-bottom: 5px; margin-top: 5px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="background-color: white; color: #1b1a17; font-family: arial, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px; margin-bottom: 5px; margin-top: 5px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; text-align: justify;">
</div>
<div style="margin-bottom: 5px; margin-top: 5px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;">
<strong style="margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;"><em style="margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;">Superhéroe</em></strong></div>
<div style="margin-bottom: 5px; margin-top: 5px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;">
Gonzalo David<br />
Santiago, La Liga de la Justicia Ediciones, 2011.</div>
<br />Héctor Andrés Rojashttp://www.blogger.com/profile/03109491794999881810noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-29330151.post-48229614134249638852011-12-06T10:51:00.001-03:002011-12-07T18:32:31.868-03:00Don Mosco de Patricio Mena y Sergio Lantadilla<br />
<div class="MsoNormal">
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgbzWcp6uDQ0yUNB-E9pBe10Q1xlJZSLa7tOuTZpiQbQ1DhqiLYWe3PdHHnx33azAGU6WD8PxmCCpugbHwKwjfWWXS3GXeCTfLULYygjSVPVF600hJ5lh26UVY_bEj2CdVgAnCVag/s1600/DonMoscoPortada-2.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="226" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgbzWcp6uDQ0yUNB-E9pBe10Q1xlJZSLa7tOuTZpiQbQ1DhqiLYWe3PdHHnx33azAGU6WD8PxmCCpugbHwKwjfWWXS3GXeCTfLULYygjSVPVF600hJ5lh26UVY_bEj2CdVgAnCVag/s320/DonMoscoPortada-2.jpg" width="320" /></a></div>
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 9pt; line-height: 150%;">Don Mosco (Patricio
Mena, texto; Sergio Lantadilla, ilustraciones. Pehuén 2011) no es el tipo de
libro al que el lector se dispone con demasiada seriedad, ya sea porque se
trata de moscas, porque esas moscas no viven mucho, porque el libro es breve,
porque es una novela gráfica o porque su formato se parece a muchos libros
infantiles que quieren captar pequeños lectores con historias maravillosas de
princesas o de dragones. Don Mosco en cambio rescata a los personajes
secundarios de la literatura, o más bien, aparentemente olvidados.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 9pt; line-height: 150%;">Es cierto que Don
Mosco no es la lectura representativa que hace Augusto Monterroso de las moscas
como seres omnipresentes que a través de la historia lo ven todo, tampoco es
Las moscas de Jean Paul- Sartre, aun cuando en un momento del libro el
conflicto es la venganza de una hija que recuerda al clásico personaje Electra,
pero no, este libro no parece sustentarse en ese intertexto posible,
principalmente porque a diferencia del texto de Sartre, la aparición de las
moscas es solo un símbolo de lo que sucede.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 9pt; line-height: 150%;">El eje de la historia
es las moscas y sus breves vidas, entonces es ese el inicio de todo: “las
moscas viven tan poco que no alcanzan a resolver sus problemas. De hecho, sus
problemas terminan viviendo más que ellas”, es lo que se anuncia en la
contratapa del libro. Ahora bien, no basta tener una idea como esa para darle
sentido a Don Mosco, más bien se convierte en un problema complejo de abordar
porque las moscas mueren pronto, entonces al poco andar las acciones quedan
inconclusas, la correspondencia no alcanza a entregarse, quedan personas, o más
bien moscas, que mueren a la espera de
batirse a duelo o del regreso de su gran amor (...).<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Arial, sans-serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: 12px; line-height: 18px;"><br /></span></span></div>
<div style="line-height: 200%;">
<span class="Apple-style-span" style="background-color: white; color: #1b1a17; font-family: arial, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px;">La crítica completa es </span><a href="http://www.letrasenlinea.cl/?p=2252" style="background-color: white; line-height: normal; text-align: -webkit-auto;" target="_blank">Las moscas viven más si se escribe de ellas, en Letras en Línea</a></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 9pt; line-height: 200%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0.0001pt;">
<b><i><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 9pt; line-height: 200%;">Don Mosco<o:p></o:p></span></i></b></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 0.0001pt;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 9pt; line-height: 200%;">Patricio Mena, textos.
Sergio Lantadilla, ilustraciones.<o:p></o:p></span></div>
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 9pt; line-height: 115%;">Editorial
Pehuén, 2011</span><br />
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Arial, sans-serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: 12px; line-height: 13px;"><br /></span></span></div>Héctor Andrés Rojashttp://www.blogger.com/profile/03109491794999881810noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-29330151.post-26620295228859737322011-11-10T12:58:00.000-03:002011-12-07T18:32:40.365-03:00Ánima Adjunta de Pablo Fuentes<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjWM9_5rLemt8R5yX26nHUg_5Bw3Sz8r2qbAjxVnG6ubkvIkx-JfUTSkyly6GzMtG2zapy0YQBxrKz2vACpSYGcENpAzftp6Jb_zIrhNifjJ8_lX9HdWyBIIV7nk82KpW6gtyF44g/s1600/anima.png" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjWM9_5rLemt8R5yX26nHUg_5Bw3Sz8r2qbAjxVnG6ubkvIkx-JfUTSkyly6GzMtG2zapy0YQBxrKz2vACpSYGcENpAzftp6Jb_zIrhNifjJ8_lX9HdWyBIIV7nk82KpW6gtyF44g/s320/anima.png" width="198" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="background-color: white; color: #1b1a17; font-family: arial, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px;">El volumen de cuentos </span><em style="background-color: white; color: #1b1a17; font-family: arial, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; text-align: justify;">Ánima Adjunta</em><span class="Apple-style-span" style="background-color: white; color: #1b1a17; font-family: arial, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px; text-align: justify;"> (Chancacazo 2011) se compone de diez textos breves que no funcionan en una conexión narrativa entre ellos, pero sí como un paralelismo simbólico que se reestructura de un texto a otro. </span><em style="background-color: white; color: #1b1a17; font-family: arial, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; text-align: justify;">Ánima Adjunta</em><span class="Apple-style-span" style="background-color: white; color: #1b1a17; font-family: arial, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px; text-align: justify;"> es la historia de personas sin alma, atrapadas en la soledad o en la rutina porque no tienen un motor interno que los ayude a direccionarse, a tener proyectos ni horizontes. Es por esto que necesitan algo más, lo que como dije antes no está en encontrarse a sí mismos ni a su esencia, sino en la añadidura de elementos adjuntos, que remedien esta falta de alma. No es tampoco la falta de alma el motivo literario que sustenta este libro, sino la dependencia a la prótesis de alma a la que adscriben en algún momento de su historia. Esta es en algunos casos representada por un objeto y en otras por otros personajes. La característica en común es que esta dependencia siempre es alguna representación externa al personaje aludido (...).</span></div>
<span class="Apple-style-span" style="background-color: white; color: #1b1a17; font-family: arial, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px; text-align: justify;"><br /></span><br />
<span class="Apple-style-span" style="background-color: white; color: #1b1a17; font-family: arial, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px; text-align: justify;">La crítica completa es </span><a href="http://www.revistaintemperie.cl/index.php/2011/11/10/anima-adjunta-pablo-fuentes/" target="_blank">Ánima Adjunta en un cuerpo sin compañía, en Revista Intemperie</a><br />
<span class="Apple-style-span" style="background-color: white; color: #1b1a17; font-family: arial, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px; text-align: justify;"><br /></span><br />
<br />
<div style="background-color: white; color: #1b1a17; font-family: arial, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px; margin-bottom: 5px; margin-top: 5px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; text-align: justify;">
<strong style="margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;"><em style="margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;">Ánima Adjunta</em></strong></div>
<div style="background-color: white; color: #1b1a17; font-family: arial, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px; margin-bottom: 5px; margin-top: 5px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; text-align: justify;">
Pablo Fuentes<br />
Santiago, Editorial Chancacazo, 2011</div>Héctor Andrés Rojashttp://www.blogger.com/profile/03109491794999881810noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-29330151.post-92174010582069447692011-10-05T20:26:00.000-03:002011-12-07T18:35:11.276-03:00La Hediondez de Marcelo Mellado<a href="http://www.revistaintemperie.cl/wp-content/uploads/2011/10/hediondez.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="320" src="http://www.revistaintemperie.cl/wp-content/uploads/2011/10/hediondez.jpg" width="217" /></a><br />
<div style="background-color: white; color: #1b1a17; font-family: arial, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px; margin-bottom: 5px; margin-top: 5px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; text-align: justify;">
La violencia, el deseo, la ambición y el ajuste de cuentas son temas que Marcelo Mellado desarrolla a escala, por lo tanto, tal como una maqueta que respeta las proporciones de los grandes edificios, <em style="margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;">La Hediondez</em> funciona de manera proporcional en relación con los grandes conflictos de la sociedad.</div>
<div style="background-color: white; color: #1b1a17; font-family: arial, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px; margin-bottom: 5px; margin-top: 5px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; text-align: justify;">
El de Mellado es un gesto discursivo. San Antonio es a una gran ciudad, los fondos públicos son a los capitales económicos, la poesía auto gestionada es a la industria editorial, las rivalidades son a la gran mafia, la ficción literaria es a la realidad inefable; un asunto de abstracción y escala. Si bien, la equivalencia funciona de manera lógica, la propuesta literaria de Mellado permite que las relaciones internas de la novela tengan lógicas propias, esto es porque hay algo definitivo, las cosas solo son en la ficción, lo que evidentemente podría anular la afirmación anterior. Sin embargo, esta contradicción cobra sentido en textos como <em style="margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;">La Hediondez</em>.</div>
<div style="background-color: white; color: #1b1a17; font-family: arial, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px; margin-bottom: 5px; margin-top: 5px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="background-color: white; color: #1b1a17; font-family: arial, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px; margin-bottom: 5px; margin-top: 5px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="background-color: white; color: #1b1a17; font-family: arial, sans-serif;">La crítica completa es </span><a href="http://www.revistaintemperie.cl/index.php/2011/10/05/la-hediondez-marcelo-mellado/" style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: medium; line-height: normal; text-align: -webkit-auto;" target="_blank">El gesto de hacer de lo hediondo algo importante, en Revista Intemperie</a><br />
<br />
<br />
<div style="margin-bottom: 5px; margin-top: 5px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;">
<strong style="margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;"><em style="margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;">La Hediondez</em></strong></div>
<div style="margin-bottom: 5px; margin-top: 5px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;">
Marcelo Mellado<br />
Santiago, Alquimia Ediciones, 2011</div>
</div>Héctor Andrés Rojashttp://www.blogger.com/profile/03109491794999881810noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-29330151.post-45399641246333505502011-08-09T20:34:00.000-04:002011-11-22T20:37:55.459-03:00Ramal de Cynthia Rimsky<a href="http://www.revistaintemperie.cl/wp-content/uploads/2011/08/ramal.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="320" src="http://www.revistaintemperie.cl/wp-content/uploads/2011/08/ramal.jpg" width="227" /></a><br />
<div style="background-color: white; color: #1b1a17; font-family: arial, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px; margin-bottom: 5px; margin-top: 5px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; text-align: justify;">
Para hablar de <em style="margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;">Ramal</em>, necesito hablar de fantasmas, porque los fantasmas permiten imaginar una forma de relacionarse con los lugares, con los recuerdos y con las personas en un plano incierto. Los fantasmas son una presencia-no presencia de la que se puede sospechar, por supuesto, sin conseguir comprobación de aquello. Es cierto que Cynthia Rimsky jamás hace mención a algún espíritu o presencia paranormal en la historia, sin embargo, viene al caso hacer referencia a esto para encontrar un lugar dentro de ella. Este libro se construye en diferentes planos: las historias narradas, los espacios reconstruidos y los construidos y también las imágenes; ninguno de estos planos está delineado del todo, pero sí determinado con mucha precisión.</div>
<div style="background-color: white; color: #1b1a17; font-family: arial, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px; margin-bottom: 5px; margin-top: 5px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; text-align: justify;">
En términos simples, el título <em style="margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;">Ramal </em>hace referencia a uno de los brazos posibles de una vía férrea, por tanto, corresponde a una variación de un recorrido, a estos lugares que pueden ir quedando, según la frecuencia de un tren, en el olvido. Un ramal en desuso es el desdibujamiento de una cultura, y es ahí donde Cynthia Rimsky instala su novela: en el paso del tiempo sobre una familia y en la desaparición del presente que provoca que todo vaya quedando en los recuerdos abandonados del ramal (...).</div>
<div style="background-color: white; color: #1b1a17; font-family: arial, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px; margin-bottom: 5px; margin-top: 5px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="background-color: white; color: #1b1a17; font-family: arial, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px; margin-bottom: 5px; margin-top: 5px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; text-align: justify;">
</div>
<div style="color: black; font-family: 'Times New Roman'; font-size: medium; line-height: normal; text-align: -webkit-auto;">
<span class="Apple-style-span" style="background-color: white; color: #1b1a17; font-family: arial, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px; text-align: justify;">La crítica completa es </span><a href="http://www.revistaintemperie.cl/index.php/2011/08/09/ramal-cynthia-rimsky/" target="_blank">Los fantasmas que deambulan por el ramal, en Revista Intemperie</a></div>
<br />
<div style="background-color: white; color: #1b1a17; font-family: arial, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px; margin-bottom: 5px; margin-top: 5px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="background-color: white; color: #1b1a17; font-family: arial, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px; margin-bottom: 5px; margin-top: 5px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; text-align: justify;">
</div>
<div style="margin-bottom: 5px; margin-top: 5px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;">
<strong style="margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;"><em style="margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;">Ramal</em></strong></div>
<div style="margin-bottom: 5px; margin-top: 5px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;">
Cynthia Rimsky<br />
Santiago, Fondo de Cultura Económica, 2011</div>
<br />Héctor Andrés Rojashttp://www.blogger.com/profile/03109491794999881810noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-29330151.post-57709400918647871302011-07-18T12:04:00.000-04:002011-12-06T11:24:57.239-03:00No quería contarte que estuve jugando en el patio de atrás<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjD0k5ZuqKbT71ipGgtrc378nQ3sJc_5RTO00gALHtyQfy_NE5K79NJuRYT5n-NTEf9Joll2a9c90UtpXgBUM_tyei92ttiKoFw92xIo1kSm4Yx0ZmY6gyLz6M_b0CReEDXpg8ArA/s1600/el+patio+de+atr%25C3%25A1s.JPG" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjD0k5ZuqKbT71ipGgtrc378nQ3sJc_5RTO00gALHtyQfy_NE5K79NJuRYT5n-NTEf9Joll2a9c90UtpXgBUM_tyei92ttiKoFw92xIo1kSm4Yx0ZmY6gyLz6M_b0CReEDXpg8ArA/s320/el+patio+de+atr%25C3%25A1s.JPG" width="240" /></a></div>
<div style="line-height: 16.5pt; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; vertical-align: baseline;">
<div style="text-align: justify;">
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0.0001pt;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 9.0pt; line-height: 150%;">Ayer me llevaron a
jugar al patio de atrás, así, tal cual, mientras me fumaba un cigarro comenzó
la obra, o un poco más tarde, o quizás había comenzado desde que llegué al
lugar. No sé cómo hablar de El patio de atrás desde el teatro, sin que irrumpa
en mi comentario la experiencia de la que fui parte. Me resulta absolutamente
complejo delimitar la actuación y al público, el último creo que no entró al
patio de atrás. El resto, nos quedamos encerrados en un espacio que invitaba a
la inseguridad. Es por esto mismo que me resulta difícil cuidar la manera en
que hable de esta propuesta teatral, no sin recurrir a expresiones como “me
cagué de nervios mientras comenzaba el juego”, o “me emocionó más que la mierda
imaginarme, imaginarla, pensar en un cuerpo sin vida durante días hasta que
alguien advierta el olor, el dolor, la soledad que nos mueve a jugar a menudo”.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0.0001pt;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 9.0pt; line-height: 150%;">El patio de atrás
desdibuja los límites entre el espectador y el espectáculo, ambos están unidos,
o ninguno existe. En situaciones como esta, es cuando pienso que espectáculo es
una expresión que hace pensar en las espectacularidades, las que no existen en
la vida, o si existen, son la prueba de que nos hemos estado encegueciendo con
las fantasías. Paradójicamente a en esta propuesta, la fantasía del teatro es
la no fantasía de la vida real. Se trata de una obra disimuladamente ambiciosa,
exacta y flexible, pero por sobre todo, se trata de un juego.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0.0001pt;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 9.0pt; line-height: 150%;">El teatro en esta obra
comienza y termina cuando no es esperado, queda preguntarse qué tanto fue real.
Cuando se enciende la luz, los espectadores adoctrinados comenzamos a esperar
al elenco hacer una reverencia (o varias), reverencia que no llegó jamás, en un
acuerdo implícito decidimos de todas formar aplaudir, aplaudir-nos, el aplauso
entre quienes quedaban después del juego.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0.0001pt;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 9.0pt; line-height: 150%;">El patio de atrás es
un experimento, tal como un rumor que se pasa de boca a boca, es un secreto más
que una invitación al teatro. Yo estuve ahí anoche, comento compartiendo una
café a media mañana, pero a nadie le importa. Esa es la diferencia entre el
teatro y el juego. El teatro remite a situaciones muchas veces (aunque no
todas) socializadas, respetando al menos la línea entre la ficción y la
fantasía, donde existen elementos y códigos esperables. El juego no. El patio
de atrás en ese sentido, funciona mucho más como un juego, un microsistema de
realidades, que perfectamente podemos llamar fantasía o actuación. Lo
interesante, es que desde fuera no se ve nada, pero desde dentro no queda claro
si uno es la fantasía en medio de la realidad, o este montaje es la posibilidad
de encontrar durante una hora la realidad en medio de tanta fantasía. Digo una
hora porque es un límite que me resulta prudente, lo que pasa es que cuando uno
está jugando, el tiempo pasa de manera muy veloz. Eso se acaba cuando uno
abandona el patio de atrás, el tiempo vuelve a ser el tiempo, los actores
actores, así como también cada uno vuelve a ser la persona que era antes de
comenzar a jugar, y por lo mismo, en el café de media mañana nadie se
identifica con la experiencia, ellos no estuvieron, no anoche al menos, parece ser
que una vez fuera ya nadie sabe con exactitud dónde aquel sitio, las
indicaciones se pierden. Algunos habrán jugado y es una buena idea no
comentarlo, no será que la próxima vez nos descubran jugando en el patio de
atrás.<o:p></o:p></span></div>
</div>
</div>
<div style="line-height: 16.5pt; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; vertical-align: baseline;">
<em><b><span style="border-bottom-color: windowtext; border-bottom-style: none; border-bottom-width: 1pt; border-left-color: windowtext; border-left-style: none; border-left-width: 1pt; border-right-color: windowtext; border-right-style: none; border-right-width: 1pt; border-top-color: windowtext; border-top-style: none; border-top-width: 1pt; color: #333333; font-family: Arial, sans-serif; font-size: 9pt; padding-bottom: 0cm; padding-left: 0cm; padding-right: 0cm; padding-top: 0cm;"><br /></span></b></em><br />
<em><b><span style="border-bottom-color: windowtext; border-bottom-style: none; border-bottom-width: 1pt; border-left-color: windowtext; border-left-style: none; border-left-width: 1pt; border-right-color: windowtext; border-right-style: none; border-right-width: 1pt; border-top-color: windowtext; border-top-style: none; border-top-width: 1pt; color: #333333; font-family: Arial, sans-serif; font-size: 9pt; padding-bottom: 0cm; padding-left: 0cm; padding-right: 0cm; padding-top: 0cm;">El patio de atrás</span></b></em></div>
<div style="line-height: 16.5pt; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; vertical-align: baseline;">
<br /></div>
<div style="background: white; line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; mso-background-themecolor: background1; vertical-align: baseline;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 9pt; line-height: 150%;">Dirección:
Manuel Ortiz<br />
Dramaturgia: Creación colectiva<br />
Elenco: Marcelo Flores, Christopher Estay, Natalia Lagos, Alexandra Parra,
Fabián Sáez, Carol Jaque.<o:p></o:p></span></div>
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 9pt; line-height: 115%;">Fecha: 18 de julio al 27 de Julio<br />
<br />
</span>Héctor Andrés Rojashttp://www.blogger.com/profile/03109491794999881810noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-29330151.post-57454161209100838182011-06-06T20:40:00.000-04:002011-11-22T20:45:15.358-03:00El Hombre Blando de Gregory Gohen<div style="text-align: justify;">
<a href="http://www.revistaintemperie.cl/wp-content/uploads/2011/06/hombre-blando.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="320" src="http://www.revistaintemperie.cl/wp-content/uploads/2011/06/hombre-blando.jpg" width="213" /></a><span class="Apple-style-span" style="background-color: white; color: #1b1a17; font-family: arial, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px;">Comenzar a leer </span><em style="background-color: white; color: #1b1a17; font-family: arial, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; text-align: justify;">El Hombre Blando</em><span class="Apple-style-span" style="background-color: white; color: #1b1a17; font-family: arial, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px; text-align: justify;"> de Gregory Cohen es el equivalente a un encuentro en la vía pública, una situación emocionante que necesariamente perdura poco tiempo, y es que el texto nos ofrece un inicio donde se derrocha el impacto del que el resto del libro carece. Comenzar la historia señalando que “Hace nueve meses me enteré por el diario que maté a mi mujer y a mis cuatro hijos”, es una propuesta equivalente al inicio de </span><em style="background-color: white; color: #1b1a17; font-family: arial, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; text-align: justify;">El Túnel</em><span class="Apple-style-span" style="background-color: white; color: #1b1a17; font-family: arial, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px; text-align: justify;"> de Ernesto Sábato, en cuanto a la conciencia retrospectiva, con la diferencia de que el personaje de Sábato enuncia los acontecimientos de los que tiene certeza, mientras que Alex Barco García, el protagonista de la novela de Cohen, menciona los hechos que él mismo no se explica. En ese caso incluso el inicio de Cohen me podría llegar a resultar más atractivo, precisamente por la incertidumbre de la situación en la que debieron ocurrir las cosas, tanto así que a través del diario el personaje se entera del parricidio múltiple que llevó a cabo. Hasta ese momento la posibilidad de resolver el enigma que los lectores compartimos con el personaje es una sana y atractiva invitación a la búsqueda y la lectura detectivesca, tal como ocurre en el género policial. Sin embargo, esta es una invitación que al poco andar se desploma, en la medida en que la construcción narrativa carece de espacios vacíos donde el lector se sumerja en una búsqueda de posibles hipótesis que resuelvan el enigma planteado sobre el asesinato. El enigma no tarda muchas páginas en desarticularse, en dejar de ser un misterio, transformándose simplemente en información reservada para otro momento de la historia. Sabemos pronto que no han muerto y que más adelante aparecerán. La verdad es que uno mantiene la esperanza de que la narración de un giro a traición de lo enunciado, que se desarticulen las suposiciones que hemos sostenido, pero no sucede así y todo lo que se intuía,, llega, volviendo la lectura una crónica profundamente extendida a la espera de que el texto acabe (...).</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="background-color: white; color: #1b1a17; font-family: arial, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px; text-align: justify;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: -webkit-auto;">
<span class="Apple-style-span" style="background-color: white; color: #1b1a17; font-family: arial, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px; text-align: justify;">La crítica completa es </span><a href="http://www.revistaintemperie.cl/index.php/2011/06/13/el-hombre-blando-de-gregory-cohen/" target="_blank">El arte de mantener al lector en la espera, y en la espera, y en la espera…, en Revista Intemperie</a></div>
<div style="text-align: -webkit-auto;">
<br /></div>
<div style="text-align: -webkit-auto;">
</div>
<div style="background-color: white; color: #1b1a17; font-family: arial, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px; margin-bottom: 5px; margin-top: 5px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; text-align: justify;">
<strong style="margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;"><em style="margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;">El Hombre Blando</em></strong></div>
<div style="background-color: white; color: #1b1a17; font-family: arial, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px; margin-bottom: 5px; margin-top: 5px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; text-align: justify;">
Gregory Cohen<br />
Santiago, Desatanudos, 2011</div>
<br />
<div>
<br /></div>Héctor Andrés Rojashttp://www.blogger.com/profile/03109491794999881810noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-29330151.post-35591067813272296342011-04-27T20:47:00.000-03:002011-11-22T20:54:48.687-03:00Bolaño por sí mismo (Entrevistas Escogidas)<br />
<div style="background-color: white; color: #1b1a17; font-family: arial, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px; margin-bottom: 5px; margin-top: 5px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; text-align: justify;">
Para quienes somos aceptablemente jóvenes, Bolaño comenzó a existir con su muerte, a propósito de que imperdonablemente lo confundieran con Chespirito. De ahí que para mí siempre fuera un autor ya fallecido. En el intento de conocer su obra (un tanto involuntario, porque Bolaño se ha vuelto en literatura por agrado o saturación un tema ineludible), acabo por encontrarme frente un radio de ficción que lo rodea, ya sea sobre su prematura muerte, su vida, o más aun, sobre la vida que no llegó a vivir. No me resulta necesariamente indispensable pensar en el uso económico que justifique o al menos explique la publicación de su obra póstuma, inédita, rescatada, o reeditada. Como lector lo que me interesa es poder atravesar la ficcionalización creada sobre Roberto Bolaño para llegar a su obra, que al fin y al cabo, es lo que como autor puede ofrecerme.</div>
<div style="background-color: white; color: #1b1a17; font-family: arial, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px; margin-bottom: 5px; margin-top: 5px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; text-align: justify;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjFtppfAgisjC2iXi8YLvqRFsrNx9Ir5cGrGaA5bSOrLCAKrDCDDsjZN71vJBrrHxg39rs7ALjCJIrIErzqWWXceRgmo4y0W6R3EQmtsDJEnWCDZNuL61stQTICHCfXGt0npVPiuw/s1600/braithwaitebolano.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjFtppfAgisjC2iXi8YLvqRFsrNx9Ir5cGrGaA5bSOrLCAKrDCDDsjZN71vJBrrHxg39rs7ALjCJIrIErzqWWXceRgmo4y0W6R3EQmtsDJEnWCDZNuL61stQTICHCfXGt0npVPiuw/s320/braithwaitebolano.jpg" width="234" /></a><em style="margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;">Bolaño por sí mismo</em>, es un libro de entrevistas reeditado recientemente por Ediciones Universidad Diego Portales, luego de su aparición en el año 2006 y nos cabe preguntarnos sobre su pertinencia. En realidad, resulta ser una interesante construcción de sentido, en especial en la segunda mitad, “Balas Pasadas”, donde una serie de respuestas del fallecido escritor son montadas elidiendo las preguntas, de manera tal que parece ser un discurso extenso. Precisamente es esta construcción la que nos permite acercarnos a este espectro que rodea la obra de Bolaño.</div>
<div style="background-color: white; color: #1b1a17; font-family: arial, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px; margin-bottom: 5px; margin-top: 5px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; text-align: justify;">
El autor a menudo debe responder preguntas sobre su enfermedad, sobre su enemistad con otros escritores, e incluso sobre su lugar de residencia, preguntas que se vuelven repetitivas, pero información ignorable cuando aparecen atisbos de interesantes reflexiones teóricas, dejando ver su postura crítica sobre la escritura y todo el contexto que la rodea, ya sea el de la creación como el de la recepción. Él mismo señala la importancia de la crítica como una disciplina más de la literatura, incluso llega a sostener la hipótesis de que no existen las obras intraducibles, volviéndose evidente en casos como el de El Quijote, porque al ser una obra tan interesante, sería capaz de sobrevivir incluso al peor traductor, algo que de todos modos llegaría, señala Bolaño.</div>
<div style="background-color: white; color: #1b1a17; font-family: arial, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px; margin-bottom: 5px; margin-top: 5px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; text-align: justify;">
Ahora bien, hagamos el ejercicio de someter a <em style="margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;">Bolaño por sí mismo</em> a la pregunta de qué es lo que sobrevive de las entrevistas, más aun cuando una parte de ellas aparece sin preguntas para darle unidad a las ideas del autor, que están sacadas de contexto y editadas (...).</div>
<div style="background-color: white; color: #1b1a17; font-family: arial, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px; margin-bottom: 5px; margin-top: 5px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="background-color: white; color: #1b1a17; font-family: arial, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px; margin-bottom: 5px; margin-top: 5px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; text-align: justify;">
</div>
<div style="color: black; font-family: 'Times New Roman'; font-size: medium; line-height: normal; text-align: -webkit-auto;">
<span class="Apple-style-span" style="background-color: white; color: #1b1a17; font-family: arial, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px; text-align: justify;">La crítica completa es </span><a href="http://www.revistaintemperie.cl/index.php/2011/04/27/bolano-por-si-mismo-andres-braithwaite-udp/" target="_blank">La ficción de Bolaño atrapada en la Bolaño-ficción, en Revista Intemperie</a></div>
<div>
<br /></div>
<br />
<div style="background-color: white; color: #1b1a17; font-family: arial, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px; margin-bottom: 5px; margin-top: 5px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; text-align: justify;">
</div>
<div style="margin-bottom: 5px; margin-top: 5px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;">
<em style="margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;"><strong style="margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;">Bolaño por sí mismo</strong></em></div>
<div style="margin-bottom: 5px; margin-top: 5px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;">
Andrés Braithwaite (editor)<br style="margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;" />Segunda edición (revisada)<br style="margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;" />Santiago, Ediciones UDP, 2011</div>
<br />Héctor Andrés Rojashttp://www.blogger.com/profile/03109491794999881810noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-29330151.post-67114748497499655982011-02-20T20:57:00.000-03:002011-11-22T21:08:43.342-03:00Tan cerca de la vida de Santiago Roncagliolo<br />
<div style="background-color: white; color: #1b1a17; font-family: arial, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px; margin-bottom: 5px; margin-top: 5px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; text-align: justify;">
<em style="margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;">Tan cerca de la vida</em> de Santiago Roncagliolo tiene elementos para ser una gran novela, pero ciertamente no lo es. Estos elementos sin duda no sobran, pero están en la cantidad justa para salvar al autor peruano de una gran caída literaria.</div>
<div style="background-color: white; color: #1b1a17; font-family: arial, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px; margin-bottom: 5px; margin-top: 5px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; text-align: justify;">
<a href="http://www.revistaintemperie.cl/wp-content/uploads/2011/02/Tan-cerca-de-la-vida.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="320" src="http://www.revistaintemperie.cl/wp-content/uploads/2011/02/Tan-cerca-de-la-vida.jpg" width="199" /></a>En esta novela hay una búsqueda de una escritura original, que se le agradece a Roncagliolo como ejercicio literario, pero no como autor actual. Llama la atención que por momentos intenta dirigirse a un tú (o a más de uno): “Soñó contigo esa noche. Por primera vez en Tokio”, ya sea para nombrar a personajes que interactúan con el protagonista como a personajes lejanos a este, como la actriz porno de una película. La narración sostiene una lejanía sospechosa con el personaje Max, sin llegar a resolverla y justificar tanto uso del “tú” en la novela que, en términos generales, se vuelve un obstáculo para la fluidez de la lectura y genera un estilo narrativo repleto de descripción exageradamente abundante, donde sobran los “tú estabas en, mientras hacías tal o cual cosa”.</div>
<div style="background-color: white; color: #1b1a17; font-family: arial, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px; margin-bottom: 5px; margin-top: 5px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; text-align: justify;">
La mayor debilidad de <em style="margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;">Tan cerca…</em> no está en la ya mencionada débil propuesta escritural, sino en la injustificada mención a una serie de temas conocidos y trabajados incluso en el cine, que se acercan peligrosamente al límite del cliché. Es así como nos encontramos con guiños a <em style="margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;">1984</em> (1949) de George Orwel, <em style="margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;">Un mundo feliz</em> (1934) de Aldous Huxley e incluso a la propuesta de extensión de vida que nos presentó Alejandro Amenábar en <em style="margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;">Abre los ojos</em> (1997), pero resulta que Roncagliolo escribe más de cincuenta años después que los autores mencionados y trece luego de la aparición de la película española. Entonces, ¿cómo debería impresionarnos un androide que canta <em style="margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;">only you</em>, un papagayo robot con hermosas plumas de colores o una esperable recepcionista, casi idéntica a una mujer de verdad? (...).</div>
<div style="background-color: white; color: #1b1a17; font-family: arial, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px; margin-bottom: 5px; margin-top: 5px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="background-color: white; color: #1b1a17; font-family: arial, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px; margin-bottom: 5px; margin-top: 5px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; text-align: justify;">
</div>
<div style="color: black; font-family: 'Times New Roman'; font-size: medium; line-height: normal; text-align: -webkit-auto;">
<span class="Apple-style-span" style="background-color: white; color: #1b1a17; font-family: arial, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px; text-align: justify;">La crítica completa es </span><a href="http://www.revistaintemperie.cl/index.php/2011/02/20/tan-cerca-de-la-vida-santiago-roncagliolo/" target="_blank">Tan cerca de una buena novela, en Revista Intemperie</a></div>
<div>
<br /></div>
<br />
<div style="background-color: white; color: #1b1a17; font-family: arial, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px; margin-bottom: 5px; margin-top: 5px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="background-color: white; color: #1b1a17; font-family: arial, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px; margin-bottom: 5px; margin-top: 5px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; text-align: justify;">
</div>
<div style="margin-bottom: 5px; margin-top: 5px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;">
<em style="margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;"><strong style="margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;">Tan cerca de la vida</strong></em></div>
<div style="margin-bottom: 5px; margin-top: 5px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;">
Santiago Roncagliolo<br />
Santiago, Alfaguara, 2010</div>
<br />Héctor Andrés Rojashttp://www.blogger.com/profile/03109491794999881810noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-29330151.post-2540777271927117832011-01-09T21:01:00.000-03:002011-11-22T21:06:14.355-03:00Blanco Nocturno de Ricardo Piglia<br />
<div style="background-color: white; color: #1b1a17; font-family: arial, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px; margin-bottom: 5px; margin-top: 5px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; text-align: justify;">
<a href="http://www.revistaintemperie.cl/wp-content/uploads/2011/01/BN.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="320" src="http://www.revistaintemperie.cl/wp-content/uploads/2011/01/BN.jpg" width="211" /></a><span style="border-bottom-style: none; border-color: initial; border-left-style: none; border-right-style: none; border-top-style: none; border-width: initial; color: #333333; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; width: 200px;">Las tres dimensiones que nos asombran en el cine hoy en día son superadas ampliamente por la polidimensionalidad presente en </span><em style="margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;"><span style="border-bottom-style: none; border-color: initial; border-left-style: none; border-right-style: none; border-top-style: none; border-width: initial; color: #333333; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; width: 200px;">Blanco Nocturno, </span></em><span style="border-bottom-style: none; border-color: initial; border-left-style: none; border-right-style: none; border-top-style: none; border-width: initial; color: #333333; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; width: 200px;">la última novela del narrador argentino Ricardo Piglia; y a la vez estos múltiples espacios se contraponen a la funcionalidad necesaria para construir un relato policial (que requiere de un crimen, engaño, investigación y desenmascaramiento). En esta novela, en cambio, el autor nos propone una nueva forma de abordar un crimen, con lo que viene a refrescar el ambiente literario de su Argentina novelada que no tenía acción policial desde el año 1997 cuando publicó</span><em style="margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;"><span style="border-bottom-style: none; border-color: initial; border-left-style: none; border-right-style: none; border-top-style: none; border-width: initial; color: #333333; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; width: 200px;">Plata Quemada</span></em><span style="border-bottom-style: none; border-color: initial; border-left-style: none; border-right-style: none; border-top-style: none; border-width: initial; color: #333333; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; width: 200px;">. Y la espera valió la pena. Debo confesar que si Anagrama no lanzaba este libro, me rendía desesperanzado y me iba a la sección de autoayuda, o me limitaba a las versiones cinematográficas de novelas muy vendidas. Por fortuna, </span><em style="margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;"><span style="border-bottom-style: none; border-color: initial; border-left-style: none; border-right-style: none; border-top-style: none; border-width: initial; color: #333333; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; width: 200px;">Blanco Nocturno</span></em><span style="border-bottom-style: none; border-color: initial; border-left-style: none; border-right-style: none; border-top-style: none; border-width: initial; color: #333333; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; width: 200px;"> enceguece esos impulsos de lector suicida presentándome un crimen necesario, la herida de la falta de justicia literaria.</span></div>
<div style="background-color: white; color: #1b1a17; font-family: arial, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px; margin-bottom: 5px; margin-top: 5px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; text-align: justify;">
<span style="border-bottom-style: none; border-color: initial; border-left-style: none; border-right-style: none; border-top-style: none; border-width: initial; color: #333333; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; width: 200px;">En esta novela nos encontramos con un crimen, y dos o tres otros crímenes menores, algunas muertes quizás vinculadas, una relación entre las hermanas Belladona que comparten al puertorriqueño Tony Durán, un pueblo atrapado en el campo, un japonés víctima del enamoramiento del mismo hombre que disfrutaban las hermanas Belladona, la llegada de la prensa y un viento de pueblo que lo borra todo. En realidad, </span><em style="margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;"><span style="border-bottom-style: none; border-color: initial; border-left-style: none; border-right-style: none; border-top-style: none; border-width: initial; color: #333333; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; width: 200px;">Blanco Nocturno</span></em><span style="border-bottom-style: none; border-color: initial; border-left-style: none; border-right-style: none; border-top-style: none; border-width: initial; color: #333333; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; width: 200px;">, al contrario de una tradicional historia policial, es el ocaso de la utopía de justicia, una justicia que es un relato tan inverosímil como aceptable, igual que el origen del mundo, la mitología o la ciencia. La justicia es un relato necesario, una forma de entender algo y seguir, así lo es todo en la novela policial, en que la muerte es la finalización de una búsqueda, el crimen es la motivación, hay culpables y víctimas. Pero nada de eso es en realidad </span><span style="margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;"><span style="border-bottom-style: none; border-color: initial; border-left-style: none; border-right-style: none; border-top-style: none; border-width: initial; color: #333333; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; width: 200px;"><i>Blanco Nocturno </i>(...)<i>.</i></span></span></div>
<div style="background-color: white; font-family: arial, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px; margin-bottom: 5px; margin-top: 5px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="color: #333333;"><br /></span></div>
<div style="background-color: white; color: #1b1a17; font-family: arial, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px; margin-bottom: 5px; margin-top: 5px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; text-align: justify;">
<span style="border-bottom-style: none; border-color: initial; border-left-style: none; border-right-style: none; border-top-style: none; border-width: initial; color: #333333; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; width: 200px;"></span></div>
<div style="color: black; font-family: 'Times New Roman'; font-size: medium; line-height: normal; text-align: -webkit-auto;">
<span class="Apple-style-span" style="background-color: white; color: #1b1a17; font-family: arial, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px; text-align: justify;">La crítica completa es </span><a href="http://www.revistaintemperie.cl/index.php/2011/01/09/blanco-nocturno-de-ricardo-piglia" target="_blank">La ficción paranoica de Piglia, en Revista Intemperie</a></div>
<div>
<br /></div>
<br />
<div style="background-color: white; color: #1b1a17; font-family: arial, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px; margin-bottom: 5px; margin-top: 5px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; text-align: justify;">
<em style="margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;"><strong style="margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;">Blanco nocturno</strong></em></div>
<div style="background-color: white; color: #1b1a17; font-family: arial, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px; margin-bottom: 5px; margin-top: 5px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; text-align: justify;">
<span style="border-bottom-style: none; border-color: initial; border-left-style: none; border-right-style: none; border-top-style: none; border-width: initial; color: #333333; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; width: 200px;">Ricardo Piglia.<br style="margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px;" />Barcelona, Editorial Anagrama, 2010.</span></div>Héctor Andrés Rojashttp://www.blogger.com/profile/03109491794999881810noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-29330151.post-16047562603256937982007-07-30T17:56:00.000-04:002011-11-19T11:54:01.464-03:00LOS ROBINSON implican<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjwIVatMYzdohLP9d0ip3K9qxPKsRwyIX3rE_L8RLN2Z8eBwr2hG7Ctn0kydRynpb4Zm2BNPDfHO9w0UqHDrjktSaHeGGhHYf9pKF_WxlzFybFd6sUIn2DjDcunu4Ab-XIGzBqhtg/s1600/robinson.png" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjwIVatMYzdohLP9d0ip3K9qxPKsRwyIX3rE_L8RLN2Z8eBwr2hG7Ctn0kydRynpb4Zm2BNPDfHO9w0UqHDrjktSaHeGGhHYf9pKF_WxlzFybFd6sUIn2DjDcunu4Ab-XIGzBqhtg/s320/robinson.png" width="320" /></a></div>
El sábado tuve la oportunidad de presenciar la penúltima función de la obra de la compañía Modelo para Armar “Los Robinson”. La obra a pesar de contar con una serie de auspiciadores no tuvo una publicidad que mantuviera un público ansioso de ver la gran obra del año, como le ocurrió un tiempo atrás a Fuenteovejuna que terminó causando una decepción. Quizás el afiche de Los Robinson en verde resultó sumamente indicado para que los tres personajes vistos de espalda desde la discreción sugieran posibles conflictos, que no por nada son los que se desarrollaran en escena. Antes de ubicarnos en nuestra butaca ya llevábamos en mente el sobre azul que es extremadamente icónico, muy bien ubicado en el centro de la parte baja del afiche –lo único azul-, el equilibrio. Desde ese momento no entramos limpios de cualquier predisposición a ver la obra, es más, mucho de los auspiciadores como SIDACCION nos sugieren ciertas temáticas.<br />
Desde la fila E que me designaron con mi invitación de Metro quedé con la vista justo en el medio del escenario. La oscuridad del escenario nos dejaba ver la única actriz del trío de actores paseándose por el centro, porque la obra es fundamentalmente la historia de Los Robinson, de cómo viven, de cómo llegaron a ser Los Robinson y de cómo pertenecer a Los Robinson determina a Los Robinson. Ellos se nombran a si mismos y a partir de ese momento este nombre desprende una serie de implicaturas que vuelve a significarlos. Comienza la obra y la actriz iluminada empieza a rezongar con el tan importante sobre azul en la mano, para dar espacio a la entrada de sus dos compañeros en escena que inician la obra con una serie de discusiones sobre si los exámenes –también en sobres- que traían debían leerlos de inmediato o si antes debían discutir qué harían en el caso “de que”. En la obra se justifica y se articula al mismo tiempo gracias a esta primera escena, pero los actores parten discutiendo tan <em>desde la garganta</em>, que distraen lo que está sucediendo con el <em>no les creo </em>que inevitablemente se nos viene a la cabeza, pero a través de toda la obra uno les va creyendo cada vez más, y cada momento de tensión les va dando espacio para hacerlo más pausadamente dejando muy en claro que los gritos no son su único recurso, porque la tensión que logran más adelante es capaz de responsabilizarse de la historia e intervenir con ironías que funcionan muy bien, porque seguramente están muy bien ensayas y muy bien adaptadas desde el texto primero. Asistimos al crecimiento de los actores en escena desde el principio al final de la obra, en parte desde nosotros porque se nos acostumbra el oído, pero también de ellos porque van calentando y entrando en la puesta en escena, y a pesar de que al final es donde nos quedamos absolutamente convencidos, se ve que hay suficiente potencial como para ofrecernos una obra completamente asimilada desde el comienzo. Aun así muchas veces había un desplazamiento excesivo de los personajes, demasiado de <em>hablar mientras me muevo</em>, a ratos convertía el traslado de los personajes en un desorden.<br />
El escenario tenía dibujado en el piso las paredes de departamento; donde estaban las líneas blancas entendemos que había un muro, y que funcionaba muy bien porque en el centro, en el sillón estaba toda la luz, y cada vez que entraban y salían respetaban la pseudo puerta y el psudo pasillo que seguro llevaba a las habitaciones, pero el pseudo muro de detrás del sillón fue atravesado en más de una ocasión con estos actores que parecían tener la capacidad de desmaterializarse para desafiar las leyes de la física-ficción que ellos mismos nos impusieron al dibujar el departamento, y si había alguna salida, alguna señal que les permitiera salir libremente, esta se tapaba tras el sillón del centro y en ese caso debería corregirse.<br />
Los juegos de adivinar la película entre ellos nos hacían un llamado a recordar que todo era ficción y tratar de adivinar a qué se parece esto, esto que estamos viendo que tratan de adivinar, pero también esto que nos muestran; al final el realismo se queda en el escenario pero tiene la gentileza de devolvernos (a) la realidad. Nos sacan a momentos de nuestras butacas, pero cuando cae el telón –simbólico por supuesto- ya hemos vuelto, porque la obra se completa. Ser Los Robinson nos entrega la última de las implicaturas y ahí ya nada más podría suceder, la obra funciona perfectamente de acuerdo a lo que ha planteado.<br />
Es una pena no haberla visto antes para recomendarla, así que confiemos en que habrá una segunda temporada de esta gran obra.Héctor Andrés Rojashttp://www.blogger.com/profile/03109491794999881810noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-29330151.post-36237550840621972812007-06-03T20:45:00.000-04:002011-11-19T11:03:01.201-03:00MERCEDES PIERNAS DE HIERRO<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhalMyxzyAcuNw58DD5FTgj5uimPe2bLxsL8KiklIUVkUmv052zIt0sQz-gzTh8HhUYpO3rQJGuF0Cir5LwUOQhF-argoT2zctUneKSdfi0YjMi7Vlz4Xzdik9CxM4MRdMe5RstBA/s1600-h/virgen.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5072008883951677202" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; CURSOR: hand" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhalMyxzyAcuNw58DD5FTgj5uimPe2bLxsL8KiklIUVkUmv052zIt0sQz-gzTh8HhUYpO3rQJGuF0Cir5LwUOQhF-argoT2zctUneKSdfi0YjMi7Vlz4Xzdik9CxM4MRdMe5RstBA/s320/virgen.jpg" border="0" /></a><br /><div></div><br /><div>Se aseguró de que en su bolsillo trasero estaba la cajita de condones comprados para la ocasión. Caminó desde el cruce del Álamo Huacho, bordeo el cementerio, compró una cajetilla de Belmont en el supermercado La Estrella. Quiero una diez, del azul, dijo. Pagó con sencillo y exacto el precio para finalmente entrar al patio de la iglesia, saltando la pandereta que lo separa del liceo de las monjas. Tardó sólo treinta minutos.<br />La Virgen de las Mercedes da un paseo por su pueblo el último domingo de septiembre de cada año. Eso ocurriría mañana después de la hora del almuerzo. Es levantada, rodeada por una montaña de flores especialmente cortadas para la ocasión por alguna familia designada; llevada a través de los arcos también floreados en las principales calles del lugar sobre los hombros de una treintena de hombres. Ella con una apariencia tostada, el pelo negro al viento y las manos a medio levantar. Hace dos años llevaba las manos más arriba -como saludando-, me da la impresión. Debe ser el cansancio o la antipatía que le ha tomado a la gente del lugar.<br />La mamá de Antonio Rodríguez cuando él tenía unos ocho años, le contó mientras ambos miraban el recorrido de Mercedes, que el cabello que la virgen tenía era natural. Antonio le preguntó si natural porque le salía a ella misma. La madre le sonrió dulcemente y lo abrazó. La virgen y toda su caravana de bailarines, mimos y contorsionistas pasaban justo en ese momento frente a ellos.<br />Encendió un cigarro mirándole la espalda, rodeó el armazón repleto de flores y la pudo ver de frente; era realmente hermosa. Ella no le devolvió la mirada y se quedó con un punto fijo en el horizonte, pero a él no le molestó. Botó el humo lentamente, sintiendo acariciar sus labios, botó también el cigarro recién encendido sin siquiera pisotearlo. El cigarro se apagó por su propia voluntad. Tomó un narciso del ropaje de la virgen, lo olió y se lo ofreció como se hace en las primeras citas, pero Mercedes seguía con la mirada fija en el horizonte. Por supuesto emputecido botó el narciso por el desprecio que acababan de propinarle. Comenzó a rasgarle el vestido de flores, trepándose en el armazón tan denso. Luego le rasgó su vestido de tela bordada para la ocasión. Ella indiferente seguía mirando el horizonte, quizás tratando de no mostrarle preocupación para que decepcionado la abandonara. Quizás fue sólo que el tipo no le resultó atractivo. Él mostró pena o rabia, tras no encontrar lo que buscaba bajo el vestido de seda que ahora estaba dividido en tres. ¿Te hací llamar mujer?, le gritó y con toda razón ¿cómo haberlo adivinado?. Luego sólo quedó fruncir el ceño, inclinarse, hacer la señal de la cruz en su frente y decir amén. Se devolvió caminando sin conseguir igualar su tiempo record de treinta minutos, pero es probable que de eso Antonio ni se enterara. Entró en su casa con deseos de abrazar a Lucy Rodríguez, su mamá. Ella ya estaba en la cama. Entró y al oírlo cerrar la puerta le preguntó ¿mañana me acompañarás a la misa de la madrugada, verdad?. Quiso disculparse anticipadamente, pero sólo pudo decir: Sí, por supuesto, tú me despiertas. Volvió a abrir la puerta y salió de la habitación.</div><br /><br /><br /><br /></span><marquee><span style="color:#cc0000;">DEJA UN COMENTARIO</span><br /></marquee>Héctor Andrés Rojashttp://www.blogger.com/profile/03109491794999881810noreply@blogger.com27tag:blogger.com,1999:blog-29330151.post-20789166793715884002007-05-27T14:07:00.000-04:002011-11-19T11:03:01.197-03:00EL ÁNGEL DE CARBÓN<div align="left"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhyyHBWbAB05Df3Kxvsx2i3RT29F1Lg7eExZedhFPURzYRC3yK9IAea2nrXjhC2-ux_TXkKGSyHYqAkEnxLxBhheZKfNkoVWRO_Z7-IGyJs7BuwBuZV_ZiF8cFGd7jQUsPHFHBSvQ/s1600-h/1179628223_f.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5069304058889500306" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; CURSOR: hand" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhyyHBWbAB05Df3Kxvsx2i3RT29F1Lg7eExZedhFPURzYRC3yK9IAea2nrXjhC2-ux_TXkKGSyHYqAkEnxLxBhheZKfNkoVWRO_Z7-IGyJs7BuwBuZV_ZiF8cFGd7jQUsPHFHBSvQ/s320/1179628223_f.jpg" border="0" /></a><br /><br /><br />En octubre era común que todo el colegio se revolucionara con la celebración del aniversario, el kermesse, las alianzas y la coronación de la reina y el rey feo del año. Los profesores nos seleccionaban –previo juicio a nuestras habilidades- para jugar a las damas chinas, lanzar el tejo o correr la posta. Yo solía excluirme diciendo que tenía tortícolis, que me había dado un aire en la mañana mientras me bañaba, que estaba en tratamiento para la tendinitis, o el último caso que tenía un cuadro severo de colon irritable. Sólo participaba en el festival de poesía y en el concurso de dibujo. Eso no me daba tanta vergüenza, no había forma de tropezarme o darle un tejazo a algún profesor. En el concurso de poesía presenté y leí en el escenario un poema que hice pensando en Marta, una cocinera que daba a luz en su trabajo, estando de cuclillas, sin recibir ayuda alguna. El jurado me dijo que había sido muy narrativo, demasiado narrativo; excepto Carmen, la profesora de religión que me dijo que se había quedado sin palabras ¿eso será bueno o malo?.<br />Para el concurso de dibujo, el colegio traía actores como Álvaro Escobar, Álvaro Rudolphi o Bastián Bodenhöfer. A cada participante le tocaba un actor para dibujar y, tenía cuatro horas antes presentar su trabajo terminado justo antes de la coronación, en el último día de competencias. Mi alianza no se perfilaba como ganadora, pero aun existían ciertas posibilidades de revertir el resultado. Bastián Bodenhöfer, que era el modelo que me habían designado, me estaba esperando en la sala del cuarto medio B sentado sobre un taburete de madera. Yo entré y le dije “esta es la sala de los niños grandes” y, él sólo dijo un “ja” por cordialidad. Sentí tanta vergüenza, que habría dado a cambio mi súper nintendo, con tal devolver el tiempo, entrar de nuevo a la sala y no decir ese chiste. Bastián me preguntó cómo quería dibujarlo, en qué posición. Yo le respondí que se pusiera en posición como si estuviera teniendo una gran idea y, él lanzó una carcajada que me hizo sentir tranquilo por al menos los dos minutos y medio que prosiguieron. Había conseguido romper el silencio, pero aún no comenzaba a dibujar. Me preguntó si alguna vez había dibujado un desnudo y, yo rápidamente respondí que no, si, osea una vez, pero copiándolo de la tele, de una película que tenía en un caset de video. Me preguntó si me atrevería a intentarlo y yo no dije nada. Estaba como pensando en cómo era posible que eso estuviera sucediendo. También pensé que todo podía ser una mala broma. ¿Quieres ganar?, me dijo; yo le pregunté ¿ganar qué?. Tu competencia. ¿Quieres que tu alianza gane?. Fue ahí cuando recordé dónde estaba y que estaba haciendo; habíamos perdido más de una hora conversando. Sí, le dije muy serio. Comenzó a desabotonarse la camisa muy lento y mirándome. Yo tenía la mirada clavada en sus ojos, me daba pánico bajarla. Sentía que se escuchaba muy fuerte cuado yo tragaba saliva con dificultad, como si tuviera amigdalitis. Luego bajé la cabeza y me puse a ordenar las hojas del block y el lápiz de carbón que me habían entregado, como si nada interesante estuviese ocurriendo frente mío. Listo, me dijo. Para cuando lo miré estaba completamente desnudo sobre el taburete de madera, tapándose el entrepiernas con sus manos. ¿Crees que es una buena posición?, me preguntó. Yo respondí ¡no!, no creo que te favorezca. De inmediato me sentí ruborizado y quise escapar de ahí. Le dije, podrías girarte y taparte con tu pierna derecha para que no se te vea nada, así dejas caer tus brazos por detrás del respaldo del taburete y puedo dibujar la curvatura de tu espalda que está muy bien delineada. Él me sonrió y me hizo caso. Sólo pude mirar a otro lado, no sabía si por vergüenza, o por lo audaz que había sido, o por temor a que me viera mirándolo demasiado. Sentí que no había aprovechado la oportunidad de verlo completamente desnudo, así que levanté la cabeza antes de que él me avisara y, sólo pude ver el momento en que su pierna se posaba sobra el muslo de la otra. Él no dijo nada. Yo pensé que quizás estaba incómodo, o quizás molesto, o quizás se había dado cuenta de que tenía muy nervioso; así es que enojado y en silencio me puse a dibujar, pero con la rabia quebraba una y otra vez la punta del lápiz. Me preguntó si me sentía mal, evidentemente mi dibujo era un desastre, entonces lo miré y torpemente arrastré mi mano sobre el papel, terminando de arruinar el retrato. Tranquilo, me dijo, aún podemos inventar algo, pero sólo nos quedaba una hora y media antes de la coronación y la entrega del trabajo. ¿Y si me calcas es esa cortina?, podrías deslizar por mi espalda el carbón, con tal de formar una figura con sombra. Le respondí que podría funcionar. Estaba muy contento, pero sólo por el hecho de que estuviésemos más cerca. Se puso de pie detrás de la cortina, dándome la espalda y yo, estirando la tela empecé a deslizar el carbón por la tela, casi tocándolo. La tela blanca contra la luz me dejaba ver su cuerpo iluminado y desnudo, dispuesto a ser retratado por mis manos. La punta de mis dedos entraban por pequeños instantes en contacto con su piel, pero no podían detenerse ahí. Entonces se me ocurrió manchar mis manos con el carbón y comencé a deslizarlas por sus hombros. Él no dijo nada y yo sólo podía pensar la curvatura de su espalda; tenía miedo a que reaccionara, pero él seguía ahí, respirando lento. Me atreví a posar mis manos firmes a través de la cortina, tratando de abrazarlo. Lo apreté fuerte y pude por fin sentir como su cuerpo se ponía tenso, porque no esperaba lo que hice.<br />Para cuando fue la premiación del concurso y la coronación de los reyes, mi modelo ya no estaba en el colegio. Carmen, jurado del concurso me dijo que era impresionante como había construido la imagen de un ángel poniéndole alas a una figura humana desnuda, dijo que era muy desgarrador, muy motivante, pero que sin embargo no podían darme el premio, porque el dibujo debía ser en papel, que era algo escrito en las bases del concurso.<br /><br /><br /><br /></div></span><marquee><span style="color:#009900;">DEJA UN COMENTARIO</span><br /></marquee>Héctor Andrés Rojashttp://www.blogger.com/profile/03109491794999881810noreply@blogger.com9tag:blogger.com,1999:blog-29330151.post-19314970814563604762007-05-16T00:32:00.000-04:002011-11-19T11:00:05.306-03:00<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh21Tk_O2Uv1epiYm-kHKHPI9MQ9ztoloxACcg9Y8PXU08ipvyJfxZZFFA5ROWUKPLPfEgO_dRx0DN9q79waYsNpCTnAaVQKFkC4XIAdBKj9de_GoQzwj3ExdCdxx_5YMw83oBLrw/s1600-h/Apocalypse%204%202003.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5065013128862758514" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh21Tk_O2Uv1epiYm-kHKHPI9MQ9ztoloxACcg9Y8PXU08ipvyJfxZZFFA5ROWUKPLPfEgO_dRx0DN9q79waYsNpCTnAaVQKFkC4XIAdBKj9de_GoQzwj3ExdCdxx_5YMw83oBLrw/s320/Apocalypse%25204%25202003.jpg" border="0" /></a><br /><div>Comenzaban a rebolotear en el cielo<br />4 jinetes expertos<br />y se aproximaba por ahí<br />el sobre protector de los criminales<br />a dárselas de cuenta cuentos<br />y colorín cacao...<br />Colorín cacao nada<br />porque justo antes de completar la frase<br />el Sr. presidente del norte<br />les envió de bienvenida<br />una treintena de figuritas<br />travestidas a lo superman<br />para decirles welcome<br />travestirlos a ellos también<br />a ellos en piñata<br />que nos engolosine sádicamente a todos<br />y bum, cabum<br />nos obsequian masticables<br />chupetes y algodón de azúcar<br />cada vez que asentimos con la cabeza<br />o con el silencio<br />porque no está permitida la entrada<br />sin una invitación<br />un pasaporte repleto de timbres<br />ni el formulario verde rellenado.<br />Debió atisbar antes de importar voz de narrador<br />que la-barba-larga<br />sólo podía provocar desconfianza<br />y no se le perdona<br />ni al hijo de miguelito<br />ni al protagonista<br />de la antología de mayor circulación.</div><br /><span style="color:#ffffff;">NNNNNNNNN<br />NNNNNNNNNNNNN<br />NNNNNNNNNNN<br />NNNNNNNNNNNNNNNNNNN<br /></span><marquee><span style="color:#009900;">DEJA UN COMENTARIO</span><br /></marquee>Héctor Andrés Rojashttp://www.blogger.com/profile/03109491794999881810noreply@blogger.com17tag:blogger.com,1999:blog-29330151.post-34820948311926302382007-05-08T21:44:00.000-04:002011-11-29T04:49:00.748-03:00BENJAMÍN, EL DE LA CÁMARA<div align="justify">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhGlFChvEeRbfGAPuJyFJ2FE7i2aozSzqOAu5QBd3m0j-4b2W4-JoxazBro4dyvdSTWCMESYM8VfPjTOD_Nb6ii3LLqCdAmf2a4EEfzeX4xQ9Mh7nPchdZOUyqU4t29VNV5ifO1VQ/s1600-h/juego-de-espejos.jpg"><img alt="" border="0" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5062371718958326978" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhGlFChvEeRbfGAPuJyFJ2FE7i2aozSzqOAu5QBd3m0j-4b2W4-JoxazBro4dyvdSTWCMESYM8VfPjTOD_Nb6ii3LLqCdAmf2a4EEfzeX4xQ9Mh7nPchdZOUyqU4t29VNV5ifO1VQ/s320/juego-de-espejos.jpg" style="cursor: hand; float: left; margin: 0px 10px 10px 0px;" /></a><br />
Es así como con Benjamín decidimos ocupar nuestro fin de semana largo explorando los parques de diversiones que quedaban en Chile, que por cierto no eran más de tres, lo que lo hacia una meta no tan ambiciosa. Los parques estaban ordenados con el mapa que ha dibujado el Metro en la ciudad. Comenzamos nuestra ruta en el parque de juegos acuáticos, donde Benjamín se quedó mirando su reflejo en el agua, mientras yo lo miraba a él, y me sorprendía ver su nuca y su reflejo, por cierto difuso en el agua al mismo tiempo. Benjamín se sonrió cuando le conté lo que había visto. Conversando de eso bajamos al metro y pasando en el tren por la estación Ciudad del Niño, el tren quedó vació y decidimos sacarnos fotografías urbanas como se han llamado, porque yo creo que son lo que está de moda. Primero fotos desde abajo el decía, para que se vea la publicidad que hay, luego unas sentados con las piernas dobladas en los asientos para la tercera edad, dejando también ver esa señal. Benjamín decía contentísimo que quedarían “bellas” editadas, que podríamos hacer collage y mezclar fotos, que el sabía como hacerlo y que una vez terminadas me las enviaría a mi correo. Yo pensaba que para que fueran “bellas” habría que dejarlas así, tal cual, pero eso no se lo dije a Benjamín, él estaba sonriendo y no quería arruinarlo.<br />
<br />
Llegamos al metro Los Héroes al segundo parque de nuestro recorrido, este parque tenía más que nada atracciones visuales, como cine 3D y lugares para tomarse fotografías instantáneas por 500 pesos. Yo me tomé una fotografía personalizado como Batman, frente a un gran edificio de Ciudad Gótica, mientras Benjamín fotografiaba la fotografía que estaban capturando. En la fotografía que compre se reflejó Benjamín en el gran edificio que estaba de fondo y, en la fotografía que tomó Benjamín aparecía la fotógrafa, yo y el reflejo de Benjamín con su cámara. Volvimos a bajar al metro, para llegar a nuestro último parque. En el subterráneo Benjamín entusiasmado con la idea de los reflejos, comenzó a tomarse y tomarme fotos en los cristales del metro, que con la oscuridad del túnel, reflejan las imágenes, produciendo el mismo efecto que se produjo en Ciudad Gótica. En el metro San Pablo estaba nuestro tercer parque, que es un parque más bien clásico, con una montaña rusa muy alta, pero no muy emocionante. Benjamín por supuesto se entusiasmó mucho cuando la recepcionista de informaciones nos dijo que habían reinaugurado la Casa de Cristal, o casa de los espejos. Sin duda ese era el día en que tendría que mirarme una y otra vez, una y otra tomarme una fotografía jugando a las múltiples perspectivas. Al principio era gracioso cuando chocábamos con los espejos equivocando las salidas, o cuando un espejo me hacía ver una cabeza gigante y un cuerpo muy pequeño, pero esos pasillos llenos de reflejos resultaron ser mucho más temibles de lo que parecían. El error quizás fue decidir girar a la derecha la primera vez que tuvimos una oportunidad. Yo le gritaba a Benjamín que su güeona obsesión por los espejos, nos tenía atrapados en esa mansión de mierda, que me daban ganas de romper vidrio a vidrio. De un momento a otro parecíamos estar en una sección muy pequeña de la mansión. Benjamín lo sabía porque yo lo sabía, estábamos cada vez más cerca, sintiendo las respiraciones. Entonces decidimos dejar de caminar. Él decidió guardar silencio, yo decidí respirar más lento. “Se et ve al cabeza adaetlov”, lo escuché decir, cuando veo que su oreja le sangra, mientras su mirada se cristaliza con la lagrima que le cae sin dejar de mirarme fijamente a los ojos; el vidrio de atrás de él mostraba mi espalda y mis brazos sobrepuestos en medio de su espalda, pero yo no los sentía ahí, los sentía en su posición correcta, a mis costados. Entonces dejé de estar seguro. Ahí fue cuando vi mi espalda torcerse, dibujando estelas, cayendo al piso. “somarroc de iuqa”, gritó furiosamente, mientras yo odnatart de emrarap miré abirra donde olòs estaba le techo, reflejandome, o odnajelfer a Benjamín. ogeuL toqué im oreja odnagrnas y, em miré noc uno ed sus sojo y onu de sol sois.</div>
<div align="justify">
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<span style="color: white;">nnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnlnnt</span> a u</div>Héctor Andrés Rojashttp://www.blogger.com/profile/03109491794999881810noreply@blogger.com19tag:blogger.com,1999:blog-29330151.post-39808583250579783152007-05-04T16:18:00.000-04:002011-11-19T11:00:05.313-03:00<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi0n3u2KUukn6FwNNz6aByF_ItTnUSg0_mQQt7uiBObNM9RuGBIZv9R-UsDTvpXdzUKP-rNh5oBFi9xMPzcGolneWijOaFg_7LI_0hEfxHGGdTvQaQmbfIJFP1Fvl6t78sWtv_Flg/s1600-h/peste_negra.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi0n3u2KUukn6FwNNz6aByF_ItTnUSg0_mQQt7uiBObNM9RuGBIZv9R-UsDTvpXdzUKP-rNh5oBFi9xMPzcGolneWijOaFg_7LI_0hEfxHGGdTvQaQmbfIJFP1Fvl6t78sWtv_Flg/s320/peste_negra.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5060802896254116978" /></a><br />Este es de esos textos que uno sabe no serán publicados<br />así que a la pequeña malet(it)a de léxico<br />una bien pequeña en realidad<br />le añadiré personalismos<br />asuntos tales, bien contextuales como:<br />puta<br />zorra o zorrita<br />cresta<br />tengo ganas de romperte el culo<br />mírame bien mientras<br />zorra zorra zorra, tú tendrás tetas<br />pero yo traigo botas.<br />Se supone entonces que debo narrar.<br />Yo, sin necesitar otro gesto que la posición de presencia<br />no soporto como has logrado que me sienta gordo<br />puta, mírame bien mientras te sigo hablando<br />ya sabes que los gordos tenemos fama de puñeteros<br />mírame bien por si necesitas dictar un retrato<br />puta, te comportaste más bien como una zorra<br />y no mi zorrita<br />una zorra-puta que mando mi amistad a la cresta<br />ya sabes de lo que tengo ganas.Héctor Andrés Rojashttp://www.blogger.com/profile/03109491794999881810noreply@blogger.com9