Don Mosco (Patricio
Mena, texto; Sergio Lantadilla, ilustraciones. Pehuén 2011) no es el tipo de
libro al que el lector se dispone con demasiada seriedad, ya sea porque se
trata de moscas, porque esas moscas no viven mucho, porque el libro es breve,
porque es una novela gráfica o porque su formato se parece a muchos libros
infantiles que quieren captar pequeños lectores con historias maravillosas de
princesas o de dragones. Don Mosco en cambio rescata a los personajes
secundarios de la literatura, o más bien, aparentemente olvidados.
Es cierto que Don
Mosco no es la lectura representativa que hace Augusto Monterroso de las moscas
como seres omnipresentes que a través de la historia lo ven todo, tampoco es
Las moscas de Jean Paul- Sartre, aun cuando en un momento del libro el
conflicto es la venganza de una hija que recuerda al clásico personaje Electra,
pero no, este libro no parece sustentarse en ese intertexto posible,
principalmente porque a diferencia del texto de Sartre, la aparición de las
moscas es solo un símbolo de lo que sucede.
El eje de la historia
es las moscas y sus breves vidas, entonces es ese el inicio de todo: “las
moscas viven tan poco que no alcanzan a resolver sus problemas. De hecho, sus
problemas terminan viviendo más que ellas”, es lo que se anuncia en la
contratapa del libro. Ahora bien, no basta tener una idea como esa para darle
sentido a Don Mosco, más bien se convierte en un problema complejo de abordar
porque las moscas mueren pronto, entonces al poco andar las acciones quedan
inconclusas, la correspondencia no alcanza a entregarse, quedan personas, o más
bien moscas, que mueren a la espera de
batirse a duelo o del regreso de su gran amor (...).
La crítica completa es Las moscas viven más si se escribe de ellas, en Letras en Línea
Don Mosco
Patricio Mena, textos.
Sergio Lantadilla, ilustraciones.
Editorial
Pehuén, 2011
1 comentario:
Nombre original para el Blog, considerando que los moscos existieron y existirán más tiempo que la especie humana.
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